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CHICAGO- Indocumentados que recibieron trasplantes de riñón en Chicago agradecieron la segunda oportunidad de vida a sus donantes durante una misa realizada en una capilla del barrio de La Villita.

Entre ellos estuvo María Guillén, de 34 años, quien agradeció a su novio Rogelio Solano el órgano que le donó en enero, y aconsejó a las personas con insuficiencia renal que sean perseverantes para lograr ayuda.

“Yo luché por lo que quise y quiero pedirles que tengan fe en Dios, porque él todo lo puede”, señaló.

Rogelio, por su parte, recordó que cuando conoció a María “no tuve mucho que pensar”, dijo.

“Ella ya tenía cuatro meses de diálisis y era algo muy terrible, muy pesado y muy triste”, expresó el joven indocumentado de 30 años.

Juana Hortensia Rodríguez recibió hace seis semanas el órgano de un joven de origen mexicano, de 21 años, que murió baleado.

“Lo que me sucedió fue obra de un milagro de Dios, y estoy muy contenta con esta nueva esperanza de vida”, dijo Rodríguez, quien tuvo la oportunidad de conocer a la familia del donante.

La jornada de oración se realizó en la capilla Fe, Vida y Esperanza, del pastor salvadoreño José Landaverde, quien ha sido el abanderado de la lucha por los trasplantes gratuitos a indocumentados en Illinois.

Según informó el pastor, en estos momentos tiene a 50 personas en lista de espera, llegadas desde varios lugares de los Estados Unidos.

Por los problemas de presupuesto del gobierno de Illinois, y la cancelación de programas de ayuda a indocumentados sin seguro médico en tres hospitales de Chicago, “se nos ha complicado el panorama”, dijo Landaverde.

El pastor señaló que activistas proinmigrantes buscan que las legislaturas de Texas, Carolina del Norte, Nueva York y California aprueben una ley similar a la de Illinois, donde la diálisis y los trasplantes de riñón se pagan con fondos del Medicaid.