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CHICAGO – La hondureña Ana Santos Carranza y su pequeña de 4 años, quienes huyeron de su país tras sufrir violencia doméstica y amenazas, tendrán que esperar unos meses más para saber si obtendrán el asilo que piden en EEUU, según se determinó en una audiencia el jueves.

Santos y su hija Kimberly son dos de los miles de centroamericanos que buscan asilo en este país en un intento de escapar de la violencia desatada en sus países.

“El juez me dio seis meses a un año para pelear mi solicitud de asilo”, explicó la mujer.

Santos huyó de Honduras con su hija porque sus vidas corrían peligro, según explicó la mujer tras la audiencia en corte.

“Pido asilo por violencia doméstica y pido al gobierno de este país que me ayude”, expresó Santos al diario Hoy.

Santos, quien es madre soltera, y su hija fueron abusadas severamente a diario. La mujer fue golpeada por el padre de la niña porque no quería que ella continuara con el embarazo. Además el hermano de Santos la maltrataba a diario porque, según le decía, había avergonzado a la familia, según un comunicado emitido por la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC).

“En Honduras, si eres víctima de violencia doméstica no tienes voz. Imagina mi hija fue lanzada por la habitación y no se me permitió llevarla para que tuviera atención médica adecuada porque mi hermano nos amenazó con matarnos. Si Kimberly y yo somos deportadas, moriremos en cuestión de 24 horas”, mencionó Santos.

Julie Contreras, de LULAC, agradeció la decisión del juez de dar más tiempo a Santos y a su representante legal para que preparen el caso.

“Hoy vi compasión por parte del juez”, afirmó Contreras.

“Hemos conseguido otra audiencia para que Ana pueda preparar su caso mejor y defender su libertad para que tanto ella como su hija puedan vivir seguras en EEUU”, añadió.

Santos cruzó la frontera en octubre de 2015 y estuvo retenida, junto a su hija, durante un mes en un centro de detención donde se le instaló un grillete de monitoreo antes de dejarles salir. La mujer pidió que no se les pusieran grilletes de monitoreo porque causa “un trauma psicológico”.

“No somos animales, como para que nos traten así”, concluyó la mujer quien llegó a Waukegan en noviembre, donde residen actualmente.

A cuatro meses de que concluya el año fiscal 2016, que comenzó el 1 de octubre de 2015, 32,952 niños no acompañados han sido detenidos por las autoridades fronterizas, frente a los 39,970 que se registraron en todo el año fiscal anterior.

Si se comparan los datos recabados hasta abril del presente año fiscal con los registrados en 2014, cuando se produjo una oleada de inmigración infantil proveniente de Centroamérica que fue calificada como “crisis humanitaria”, las cifras reflejan que en la actual temporada podría repetirse una situación similar.

Hasta abril de 2014, fueron detenidos 36,280 menores no acompañados en la frontera, comparados con los 32,952 del ciclo presente, cifras similares que están muy lejos de las del año pasado, cuando el número descendió a los 18,889 niños aprehendidos por las autoridades aduaneras.

Ante esta un primer vídeo en español de una serie de testimonios de inmigrantes centroamericanos que voluntariamente comparten sus experiencias tras recorrer más de 2,500 kilómetros hasta la frontera sur estadounidense.

La publicación de los testimonios son parte de un nuevo esfuerzo de concienciación e información por parte del CBP para disuadir a los ciudadanos del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) y de México de cruzar ilegalmente la frontera.

El primero de estos testimonios es el de una joven madre centroamericana que dice “se sufre bastante, encuentras personas que a veces quieren abusar de ti. Algunas veces uno viene en tráileres sin poder respirar. Al final no nos fue como decían”, relata la mujer.

“Ella es la voz anónima de miles de inmigrantes centroamericanos, incluyendo menores no acompañados, quienes en años recientes han sufrido una cadena de atrocidades, abuso sexual, extorsión, asalto, secuestros y explotación en manos de los coyotes”, aseguró Jaime Ruiz, portavoz del CBP.

-Con información de EFE