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Chicago Tribune
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CONDADO DE MCHENRY – Dos residentes del Condado de McHenry esta semana tuvieron una única cosa que decir sobre el incremento de sus facturas de impuestos a la propiedad.

Jeff McGrath y Dan Aylward pagaron miles de dólares en impuestos de propiedades con billetes de $1 a la oficina de la tesorería del condado y juraron hacerlo de nuevo en septiembre y en cada fecha de vencimiento hasta que dejaran de incrementar los impuestos.

McGrath, quien vive en Woodstock, donde también es propietario de un negocio automotriz, entró el lunes en la tesorería, en la fecha de vencimiento para pagar el primer pago de impuestos a la propiedad de 2015. Llevó consigo dos bolsas de plástico transparente. Una, dijo, estaba llena con $9,995,66 en billetes de $1 -y algunas monedas- junto con un cheque por $1,456 para pagar por el impuesto de propiedad de su negocio de $11,451.

La segunda bolsa estaba llena con $5,757.44 en billetes de $1 y en monedas para pagar sus impuestos de propiedad de su vivienda, dijo.

Añadió que lo hizo y que lo hará otra vez el 13 de septiembre cuando es el vencimiento del segundo plazo de pago con “simple y llanamente un objetivo”.

“Estoy harto de estar en una situación económica tan dura”, dijo McGrath.

Aylward, de 67 años, también llegó el lunes con paquetes cuidadosamente empacados de billetes de $1 apilados dentro de una maleta de color negro -junto con dos monedas de diez centavos- para pagar una factura de $5,734.18

Destacó que pagó al condado más de lo que debía.

“Les di dos centavos más”, dijo mientras reía.

Aylward mencionó que pagó una factura de impuestos de $4,500 hace aproximadamente 20 años.

Fue entonces cuando conoció a Bob Anderson de Wonder Lake, un peluquero, miembro de la junta escolar y activista político. Anderson ayudó a Aylward a preparar “la protesta de impuestos a la propiedad” de este año.

McGrath no conocía a Aylward y Anderson pero McGrath y Aylward estaban al tanto de que cada uno pagaría sus facturas de la misma forma.

Glenda Miller, tesorera del Condado de McHenry, dijo que como contribuyente del condado, entiende la frustración pero pide a los residentes que comprendan que ella gestiona la oficina de 13 empleados, incluida ella misma, quienes lidian con más de 138,500 facturas de impuestos. El venir a la oficina con cargamentos de efectivo sólo hace daño a sus empleados, los cuales no tienen la culpa, mencionó.

McGrath mencionó que su factura de impuestos de vivienda creció de $2,500 cuando construyó su casa de estilo rancho en 1999. Solamente este año, su factura de impuestos se incrementó el 26%, de $9,100 a más de $11,600 y que no había escuchado ninguna buena explicación del porqué.

Los impuestos en su negocio cuando lo construyó en 2003 era de aproximadamente $7,000 y que ahora se incrementó a $23,000, expresó.

“Esto está fuera de control”, dijo McGrath. “No puedo quedarme y seguir con mi negocio. No veo que vaya a acabar nunca”.

McGrath mencionó que el presupuesta el 5% al año para incremento de impuestos para cada propiedad. Sin embargo, sólamente este año su vivienda se incrementó el 26% “y nadie puede decir por qué o de quién es la culpa”, expresó.

Dijo que ya es dueño de un terreno en Wisconsin, donde planea mudar su vivienda y negocio una vez pueda vender sus propiedades madereras, lo que se ve obstaculizado debido al incremento de impuestos, dijo.

McGrath expresó que los dolorosos impuestos inmobiliarios no sólo hacen que el condado y el estado pierdan residentes sino también que pierdan negocios como el suyo. Y si cierra su negocio, sus siete empleados se quedarán sin trabajo, lo que también contribuye a una pérdida en el condado.

Al llegar su pago de impuestos en dinero en efectivo, dijo, quería hacer sentir incomodidad al condado, al igual que la siente él cuando paga los impuestos.

Su botín era tanto que tuvo que ser llevado a un banco local acompañado por un empleado del Condado y un alguacil para ser contabilizado. El contador de dinero del Condado se atascó cuando intentaba contar billetes.

Aylward vivió en su residencia de McHenry desde 1984, cuando la compró de su madre, quien no podía permitirse pagar los impuestos por más tiempo. La vivienda fue construida en un lote arbolado junto al río Fox por su tío abuelo como casa de verano en 1911.

Hoy teme que podría perderla por el incremento de impuestos.

Ambos hombres dicen que es demasiado gobierno y muchísimo lo que se le paga a los administradores de escuela. Ambos hombres dicen que pensaron que el valor de mercado de sus viviendas podría no ser considerado caro pero que sus propiedades no se venderán debido a que los impuestos son demasiado elevados.

Al igual que McGrath, Aylward expresó que continuará pagando sus impuestos en efectivo hasta que su mensaje sea captado y haya algún alivio.

“El sueño americano es ser dueño de una vivienda, dijo Aylward. “(Mi casa) es más que el sueño americano. Para mí es parte de mi familia. Cuando tenga que irme porque me veo forzado a venderla porque no puedo pagar los impuestos, lloraré. Lucharé con cada aliento que me quede”.

La tesorera Miller pidió a los residentes que comprendan que la propiedad fue revaluada en 2015, lo cual afecta al valor de la propiedad.

Miller añadió que la última vez que vio a alguien pagar los impuestos en efectivo fue cuando era subtesorera a finales de 1990. Un hombre intentó pagar miles de dólares en impuestos de propiedad con peniques. Fue enviado al banco.

“Entiendo su inconveniente, pero no sé que quiere demostrar al poner más carga en mi personal a la hora de procesar su pago”, mencionó.