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Diego Uribe Cruz, de 22 años, y su novia Jafeth Ramos, de 19, acusados de asesinar a seis miembros de una familia, a principios de febrero, en el vecindario de Gage Park, se declararon ‘no culpables’ de todos los cargos ante la juez Carol M. Howard, en la Corte Criminal del Condado de Cook, el martes.

Uribe y Ramos están recluidos en la cárcel del Condado de Cook y sin derecho a fianza, juntos enfrentan un total de 493 cargos, entre ellos asesinato en primer grado y una felonía de asesinato durante un robo residencial, se indicó durante la audiencia.

En su más reciente aparición en la corte ambos declararon ante la juez que “no podían permitirse contratar un abogado privado”, por lo que se les asignaron dos defensores públicos a cada uno.

Las abogadas Margaret Domin y Eleanor Roos representarán a Uribe mientras que James Fryman y Robyn Haynes a Ramos.

“Hay más de 400 cargos, la razón es que los están acusando de asesinato en primer grado en diferentes maneras”, aclaró Domin al concluir la audiencia.

Ambos presentaron una moción en la que solicitaron que los fiscales proporcionarán a sus defensores públicos todas las evidencias recopiladas en el caso.

La próxima audiencia está programada para el 2 de agosto.

“Podría llevarnos de 18 meses a 2 años recopilar y examinar las evidencias y luego proceder”, mencionó Domin. “Es un caso muy complejo”, agregó.

Fiscales revelan cómo fue asesinada la familia Martínez, de Gage Park

Uribe y Ramos fueron acusados de “asesinatos metódicos” de tres generaciones de la familia Martínez Hernández en su residencia de Gage Park, el 2 de febrero por la tarde.

Dos días después, la Policía encontró a los seis cuerpos de los miembros de la familia, originarios de La Noria, Guanajuato, en México, esparcidos por la vivienda -la matriarca de la familia, Rosaura Martínez, de 58 años, estaba tirada en el porche; su esposo, Noé Martínez Sr., de 62, se encontraba en el pasillo frente a la puerta de entrada; al niño Leonardo Cruz, de 13 años, lo hallaron en el suelo contra un muro en la sala al lado de la chimenea; su hermanito Alexis Cruz, de 10, estaba sobre una alfombra en el sótano, y la madre de ambos niños, Herminia Martínez, de 32, al igual que su hermano, Noé Martínez Jr., de 38, estaban en el segundo piso de la residencia, según los registros de la oficina del médico forense del Condado de Cook.

Todas menos una víctima fallecieron de lo que el forense describió como múltiples heridas por “arma blanca” o “traumatismos”. Herminia Martínez, la madre de los dos niños, fue baleada fatalmente varias veces.

Los asesinatos fueron motivados por dinero, mencionaron los fiscales. Uribe y su novia huyeron de la residencia con dinero en efectivo, monedas procedentes de una alcancía, una Xbox y algunas joyas. Querían obtener suficiente dinero para comprar un automóvil, mencionaron los fiscales, pero obtuvieron solo unos $700 luego de vender la joyería en una casa de empeño, según reportó Chicago Tribune.

Uribe es el sobrino por matrimonio de Herminia, madre de Leonardo y Alexis.

Ramos, supuestamente, dijo a la Policía que Uribe le había contado que planeaba matar a la familia entera porque estaba enfadado por la manera en que Herminia trató a su tío Manuel Armando Cruz, el padre de los dos niños, y quien reside en Morelos, México, según los fiscales.

Ambos, Uribe y su novia “eran muy cercanos a la familia y visitaban a menudo a los niños”, mencionó una fuente cercana a la familia.

Ambos acusados dieron confesiones grabadas en las que detallaron los asesinatos, según las autoridades.

Los fiscales expresaron que Uribe mató a las seis víctimas una a una. Mientras que Ramos no atacó a nadie, relataron los fiscales. Ella fue responsable legalmente de los asesinatos porque supo que Uribe tenía la intención de robar y matarlos. Además, Ramos ayudó a limpiar la sangrienta escena al trapear el suelo y limpiar las perillas de las puertas, según los fiscales.

‘Si Diego los quería tanto, ¿por qué los mató?’

La resolución de la investigación llegó cuando el laboratorio de delitos de la Policía Estatal completó su análisis de pruebas y ADN y se vinculó a Uribe con la escena del crimen. Lo más significativo fueron restos de piel en las uñas de María Herminia Martínez, los cuales coincidieron con el ADN de Uribe, contaron los fiscales.

“Con un caso de esta magnitud y con la cantidad de descubrimientos, no sería en el mejor interés de nadie declararse culpable, es responsabilidad del estado el demostrar más allá de toda duda razonable que son culpables”, indicó Domin. “No tenemos todos los hechos, esa es la conclusión. Ellos deben darnos las pruebas que pretenden usar para juzgarles”, concluyó la abogada defensora.