CHICAGO– Priscilla Pérez, la actual Miss Illinois Latina, quiere ser una reina de belleza que detiene balas. No es que tenga poderes superhumanos, ní que le sea indiferente desfilar en la alfombra roja, o lucir vestidos de gala frente al parpadeo de las cámaras. Pero lo que realmente le interesa se encuentra en las calles, entre la gente común, en los barrios populares de Chicago, donde lucha contra la violencia que ha tocado demasiadas vidas, incluso la de ella.
En el verano de 2012, un mes después que Pérez fuera coronada por primera vez como Miss Puerto Rico de Chicago, su hermano César Gabriel Munive fue baleado a la muerte por la Policía, en el suburbio de Cicero. El caso sigue en litigio, según indicó la municipalidad de ese suburbio, y según Pérez, se trata de brutalidad policiaca.
“Desde entonces, he tratado de vivir por él”, dijo la reina de belleza. La mujer, de 25 años, ha dedicado su reinado a “ser una abogada antiviolencia”, lo cual la ha llevado a reunirse con legisladores como el ex gobernador Pat Quinn, a participar en la vigilia por la paz con Kids off the Block-–una organización comunitaria que provee programas culturales, educativos y deportivos a jóvenes en situaciones de riesgo– y a conocer a otras víctimas de la violencia.
“Quiero ser una cara y voz para ayudar a otras familias a sobrellevar el mismo dolor que yo sentí” explicó.
El 6 de junio Jaylene Bermeo, una niña de seis años, dibujaba con tiza en la acera frente a la casa de su tía cuando pasó un Hyundai plateado y alguien en su interior abrió fuego.
El blanco del gatillero era la vivienda detrás de Jaylene, que supuestamente alojaba a pandilleros rivales. Pero la niña fue la única víctima. Una bala entró por su espalda, y perforó su pulmón. Llegó unos centímetros cerca de su corazón.
Jaylene pasó alrededor de dos semanas en el hospital. Ha tenido problemas de respiración recurrentes desde entonces. El ataque tuvo lugar en el barrio de Palmer Square, un poco al este de Logan Square, donde Pérez creció.
Cuando la joven reina fue a visitar a Jaylene, le llevó una caja de tesoros, desde peluches hasta una tiara, para que ella se sintiera una reina de belleza también.
“No me gusta pensarla como una víctima. Es una hermosa sobreviviente”, dijo Pérez. “No quiero que tenga vergüenza de su historia”.
Para jóvenes latinas como Jaylene, vale mucho tener un modelo a seguir que “sea como si fueran de su barrio”, explicó Pérez, en vez de ser mujeres anglosajonas de cabello rubio que inundan los medios.
“A veces somos vistas como víctimas a nuestras circunstancias por nuestra comunidad”, agregó Pérez. “Pero somos mujeres fuertes y apasionadas. Tenemos los recursos y las estrategias para abogar por cualquier causa, y contamos con (el apoyo de) todas nosotras para lograrlo”.
Según Pérez, su responsabilidad como figura pública no solo se trata de representar a su comunidad minoritaria, sino motivarla para actuar.
“Quiero ver que más jóvenes tomen una postura por lo que creen. Mucha gente habla en redes sociales de lo que quieren cambiar, pero no hacen nada”, indicó.
El jueves, Pérez viajará al resort Occidental Xcaret, en la Riviera Maya, en México para competir con 49 jóvenes por el título para representar a Estados Unidos como Miss Latina USA. Si logra ganar, su meta es llevar su plataforma antiviolencia “a nivel nacional”.
Sin embargo, Pérez dijo que su experiencia como Miss Illinois Latina la ha permitido darse cuenta de que no necesita una corona para impactar en su comunidad.
“No ganar no me va impedir seguir haciendo lo que hago”, señaló.
Cuando termine la competencia Pérez dice que trabajará por una maestría en psicología juvenil y terapia a través del baile, con la meta de trabajar con niños con discapacidades del desarrollo.
“Quiero darles una manera de expresarse creativamente y contar su historia”, dijo. “Todos merecemos esa oportunidad”
Con o sin corona, dice que llevará las historias, esperanzas y fortaleza de su comunidad con ella. Como luchadora por la paz, su verdadero trabajo apenas empieza, señaló.