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CHICAGO – Como muchos estadounidenses Berto Aguayo y su familia se quedaron hasta tarde en espera de los resultados de las elecciones presidenciales.

A medida que los primeros resultados favorecían a Donald Trump, su madre empezó a llorar y a llamar a amigos y familiares en México, quienes tras la victoria del magnate le dijeron que México siempre será su casa y que ella puede regresar de Estados Unidos si cree que necesita hacerlo.

Aunque Illinois votó a favor de la demócrata Hillary Clinton, muchos latinos e inmigrantes se cuestionan cómo podrán encajar en un país liderado por Trump, cuya retórica antiinmigrante les asusta.

El miércoles, Aguayo, de 22 años, residente de Las Empacadoras, dijo que esa mañana se parecía a la del 11 de septiembre de 2001. El resultado de las elecciones “es una tragedia para nosotros, es absurdo, hay miedo, y es un día muy triste para Estados Unidos y para el Sueño Americano que vinimos a buscar”.

La hermana de Aguayo, una jovencita de 15 años, le dijo que tenía miedo de ir a la escuela, que se sentía intimidada porque alguien le dijo que ojalá la deportaran. Su otra hermana, estudiante de segundo año en el Cornell College de Iowa, le dijo a la familia que estaba pensando en volver a Chicago porque alguien pintó graffiti en su escuela pidiendo que se construyera un muro entre México y Estados Unidos, y que se expulsara a las minorías.

Su tío, que tiene una visa de estadía temporal, llamó a su novia embarazada, y le informó que si salía del país, quizá no podría ingresar de regreso, contó Aguayo.

“Para gente como nosotros, no se trata sólo de las políticas que podrían afectarnos un poco”, mencionó Aguayo. “Esta es nuestra vida, nuestra familia, lo que ocurre es algo muy personal para nosotros”, agregó.

En una conferencia de prensa en Chicago, Lawrence Benito, director ejecutivo de la Coalición de Illinois pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR), se reunió con activistas, organizaciones comunitarias, empresarios y políticos, y se comprometió a seguir luchando por la reforma migratoria.

“No están solos”, dijo Benito, dirigiéndose a la comunidad de inmigrantes. “Estamos con ustedes, seguiremos luchando para mantener a las familias unidas, para proteger a los trabajadores, a aquellos que buscan refugio y oportunidades”.

Wilfredo Rosario Sr., residente de Berwyn, contó que padece varias discapacidades físicas, y que su principal preocupación es si podrá pagar el costo de vida si el gobierno le reduce la asistencia.

Rosario, de 54 años, agregó que le preocupa cualquier tipo de recorte a su seguro médico. También mencionó que antes vivía en Pilsen y que batallaba para pagar una renta de $985 al mes, al no poder costear los gastos, se mudó con su hijo y su nuera a Berwyn, y vive en la lavandería.

“Mi hijo es mecánico y conductor de Uber por la noche. No es fácil para él… ¿podremos permitirnos vivir en Illinois o tendremos que mudarnos?”.

Aguayo fue pandillero y ahora trabaja como organizador comunitario de Proyecto Resurrección, promoviendo la paz en barrios tradicionalmente violentos de Chicago.

“Es una especie de bofetada en la cara… es irónico que cuando promuevo la paz en nuestra comunidad, el líder de nuestro país promueve la división, el miedo y nos culpa de todo” lo malo que ocurre.

Aunque Illinois votó demócrata, a Aguayo le preocupa que la Cámara de Representantes y el Senado sean republicanos. “Si no hay equilibrio no hay esperanza”, dijo.

Otros latinos en Illinois instaron a la calma y la unidad.

Robert Rentería, artista, autor y activista, dijo que el país necesita tratar de mantenerse unido y trabajar por el bien común.

“Trump, sin duda, despertó a la mayoría silenciosa que creía que sus voces y votos no importaban”, dijo Rentería. “Como finalmente la gente tuvo la oportunidad de ser escuchada, Estados Unidos tendrá un presidente que puede unir a una nación dividida”.

Eréndira Rendón, organizadora comunitaria de Proyecto Resurrección, dice que lo bueno de la elección es que “sí salieron los latinos a votar. Lo que falló es que no entendíamos que también se iba a incrementar el voto de los que apoyan a un candidato antiinmigrante”.

Rendón teme que los “dreamers” como ella se queden sin ninguna protección contra la deportación y sin el permiso de trabajo que obtuvieron a través de DACA, en vista que Trump ha prometido que eliminará ese beneficio.

‘No espantarnos en extremo’

Por su parte Jorge Mújica, activista pro inmigrante recomienda “no espantarnos en extremo. Ya hemos vivido bajo todas la amenazas que Trump promueve. Deportaciones, 3 millones bajo Obama; la discriminación es rampante antes y después de Trump, todas sus amenazas ya las conocemos”.

Por otro lado, “Trump no va a poder cumplir una gran porción de sus amenazas, no puede deportar a 11 millones de personas, no hay suficientes, cárceles, jueces, camiones, agentes de inmigración para deportarlos”, añadió Mújica.

“Yo le tengo más miedo a los seguidores de Trump que andan en la calle armados, que a Trump como presidente”, concluyó el activista.

-Con información de

Chicago Tribune