Por John Byrne
CHICAGO – Mientras el presidente Donald Trump arremete contra la inmigración indocumentada, el alcalde Rahm Emanuel presiona por un plan para expedir identificaciones municipales, el cual se desarrolla entre temores de sectores enfrentados sobre el tema migratorio.
Algunos aliados de inmigrantes temen que autoridades federales puedan usar la información personal de los solicitantes de tal programa para deportar inmigrantes indocumentados, mientras que los críticos dicen que las identificaciones constituyen un riesgo para la seguridad nacional.
Las experiencias en otras dos grandes ciudades podrían resultar de mucha ayuda para que Chicago aprenda de ellas. Una demanda legal que desafía al programa de identificaciones de Nueva York muestra los peligros potenciales en un momento que las ciudades tratan de equilibrar la seguridad y la seguridad personal; mientras que San Francisco ofrece un camino hacia adelante que los defensores de inmigrantes podrían abrazar pero probablemente no satisface a los que dicen que los solicitantes de dichas identificaciones deben enfrentarse a pruebas más rigurosas.
Emanuel respalda el programa de identificaciones como un paso para que los residentes de Chicago que no tienen una licencias de conducir ni un número de Seguro Social, tengan una manera de demostrar quiénes son y de esa manera puedan pagar facturas, hacer reportes policiales o tener acceso a edificios públicos.
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Ofrecer tal identificación también le permite a Emanuel plantar una bandera de alto perfil en su campaña para posicionarse ante Trump como un defensor de los derechos de los inmigrantes y a Chicago como un refugio seguro para indocumentados.
La secretaria municipal, Anna Valencia, encabeza la iniciativa de las identificaciones municipales de Chicago. La oficina de Valencia insiste en que la información de los solicitantes estará segura y los solicitantes serán debidamente investigados; aunque Valencia no ha ofrecido detalles sobre cómo la ciudad lo hará ni cuándo el programa se pondrá en marcha. Ella rechazó ser entrevistada.
Caso de Nueva York
El caso de Nueva York gira en torno al destino de la información privada de aproximadamente un millón de poseedores de una identificación municipal. En diciembre, dos legisladores estatales republicanos demandaron en un tribunal estatal bloquear la destrucción de la documentación presentada por los solicitantes de la tarjeta de identidad “IDNYC”, alegando que hacerlo amenazaría la seguridad nacional y violaría la ley de registros públicos del estado.
El programa de identificaciones de Nueva York, que comenzó en 2015, pidió que la información de apoyo presentada por los solicitantes se mantuviera durante dos años y luego se destruyera. Después de la elección de Trump, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, prometió proteger la información personal de los tarjetahabientes, incluyendo borrar los documentos de apoyo para impedir que los agentes federales de inmigración intenten usarlos para localizar a personas. Pero mientras el caso se desarrollaba, el juez de la demanda bloqueó a Blasio de deshacerse de los documentos en archivos de la ciudad.
El caso de Nueva York motivó a Filadelfia el mes pasado a detener su programa de identificación municipal, en medio de preocupaciones de que los agentes de inmigración pudieran usar esos datos para tratar de localizar a los inmigrantes indocumentados.
“La situación en Nueva York refuerza la importancia de asegurar que se tomen las medidas apropiadas para proteger la recolección de datos de información sensible relacionada con nuestros residentes”, dijo Miriam Enríquez, directora de la Oficina de Asuntos de Inmigrantes de Filadelfia.
Fred Tsao, asesor de política de la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados, dijo que su grupo ha estado trabajando con el gobierno de Emanuel para evitar el “defecto fundamental” que Nueva York cometió en la elaboración de su ordenanza.
“Nuestros aliados advirtieron” a los funcionarios de Nueva York que no guardaran tanta información de los solicitantes, dijo Tsao.
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La portavoz de Emanuel, Jennifer Martínez, dijo que la administración “tomará todas las precauciones posibles para proteger los datos de cada solicitante y se opondrá a cualquier esfuerzo que intente obligar a la ciudad a revelar esa información”.
“Esto se hará basándose en las mejores prácticas de otras ciudades, lo que incluye la captura de información mínima de los solicitantes”, dijo Martínez.
La ciudad espera que la ID de Chicago sea útil para una amplia gama de residentes, permitiendo a las personas obtener descuentos, posiblemente en museos, estadios deportivos y farmacias, de acuerdo con la oficina de la secretaria municipal. Eso podría ayudar a ampliar el grupo de solicitantes de identificaciones lo que dificultará a las autoridades de inmigración localizar a los indocumentados.
Cuando se le preguntó si la ciudad instará a los bancos a aceptar esas tarjetas para permitir a las personas abrir cuentas y realizar otros negocios bancarios, la portavoz Kate LeFurgy dijo que la ciudad está “trabajando en varias sociedades, incluidas las instituciones financieras”. También se le preguntó si los descuentos podrían incluir menores tarifas de la CTA los fines de semana, LeFurgy respondió: “Estamos abiertos a sugerencias y estamos explorando todas las posibles asociaciones”.
Tsao comentó que simplemente el mantener los nombres y direcciones de los titulares de las identificaciones es un riesgo, pues con esa información Inmigración podría centrarse en vecindarios como La Villita que tienen grandes poblaciones de inmigrantes.
“Hemos recomendado encarecidamente a la Ciudad que mantengan el mínimo de información y que no mantengan los documentos de apoyo”, mencionó Tsao.
LeFurgy dijo que la ciudad está tratando de “encontrar el equilibrio adecuado para hacerla segura y accesible”.
“Estamos trabajando muy de cerca con organizaciones de inmigrantes, grupos comunitarios y sus defensores para abordar las preocupaciones de las personas”, agregó LeFurgy.
El caso San Francisco
El programa de identificaciones de San Francisco puede proporcionar un panorama que los grupos de inmigrantes de Chicago podrían apoyar.
Desde 2009, esa ciudad de California ha emitido tarjetas a unas 30,000 personas, según la secretaria del Condado de San Francisco, Catherine Stefani, cuya oficina administra el programa. Para obtener una, los residentes tienen que programar citas en persona en el Ayuntamiento y demostrar su identidad mostrando un pasaporte de Estados Unidos o extranjero, una visa emitida por el gobierno, una licencia de conducir extranjera o estadounidense o una combinación de otros documentos.
Para establecer la residencia en San Francisco, los solicitantes pueden mostrar uno de 13 documentos diferentes, incluyendo facturas de servicios públicos, declaraciones de impuestos sobre la propiedad, talones de pago de empleo, prueba de un niño matriculado en una escuela de San Francisco, según el sitio web de la oficina de la secretaria.
Para proteger a aquellos que solicitan los documentos de identidad de San Francisco, Stefani dijo que los funcionarios optaron por mantener sólo los registros de los nombres de los solicitantes y las fechas de nacimiento. Los solicitantes también pueden optar por proporcionar números de teléfono de contacto de emergencia, que luego se mantienen en registros del gobierno. Un cortador láser inscribe la dirección del solicitante en la tarjeta después de que se verifique la dirección, pero no guarda ningún registro de la dirección, dijo Stefani.
Los funcionarios federales no han hecho ningún esfuerzo para obtener registros del programa de identificación de San Francisco, dijo Stefani. La funcionaria agregó que está preocupada por la situación en Nueva York, e indicó que está “absolutamente” segura que cualquier información que Inmigración obtuviera en San Francisco no les sería útil para localizar a inmigrantes indocumentados que hayan tramitado identificaciones en esa ciudad.
Stefani comentó que en meses recientes ha hablado con funcionarios de Chicago sobre el programa de San Francisco.
Próximos pasos de Chicago
Hay $1 millón en el presupuesto de Chicago para iniciar el programa de identificaciones. La oficina de Valencia está haciendo cálculos de lo que se necesita comprar, si contratan gente o a una empresa externa para hacerlo.
También la oficina de la secretaria está considerando someter una ordenanza al Concejo Municipal para crear el programa de identificaciones.
“El programa de identificación municipal impactará a todos los habitantes de Chicago, y como vínculo entre la comunidad y el gobierno, es nuestro papel asegurar que el programa expida documentos seguros, y no poner en riesgo la información de nadie”, dijo LeFurgy.
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