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A pesar de que los bateadores más importantes de los White Sox han sido, sin lugar a dudas, Adam Dunn y Paul Konerko, la mayoría del lineup ha venido respondiendo, con excepción de la parte izquierda del infield. En el short, Alexei Ramírez está teniendo la peor temporada de su carrera, con promedio de .204 en los primeros dos meses de temporada, mientras que en tercera, Brent Morel estaba peor, con promedio de .177 y apenas dos extrabases en 35 juegos, rendimiento inaceptable para un infield de las esquinas en un equipo con aspiraciones a clasificar.

Por eso la lesión de Morel no debe verse como una mala noticia, sino algo que le hizo más fácil la decisión a los White Sox de buscar un antesalista. La otra opción que tenían dentro del equipo era el venezolano Eduardo Escobar, quien no tiene suficiente potencial ofensivo para ser titular en otra posición que no sea shortstop. Chicago entonces decidió firmar al veterano infielder Orlando Hudson, quien había sido dejado libre por San Diego la semana pasada. Pese a un modesto desempeño esta temporada (bateaba .211), “O-Dog” es claramente mejor opción que Morel y Escobar para cubrir la antesala, gracias sobre todo a su panciencia en el plato, con un porcentaje de embasado de por vida de .343. Hudson está en el

lineup de esta noch

e como noveno bate.

Morel será elegible para volver a jugar en dos semanas,pero podemos afirmar con un alto nivel de confianza que la titularidad en tercera ya la perdió. Ingresarlo a la lista de lesionados por unos dolores en la espalda que le molestaban desde el Spring Training no fue más que una manera más sutil de decir que se cansaron de esperar a que su bate despertara.

Advertencia desde Minnesota

La llegada de Hudson a Chicago llevó al periodista Jim Souhan del Minneapolis Star Tribune, que lo conoce de sus tiempos con los Twins, a hacer unos

comentarios bastante fuertes

sobre su personalidad: “Hudson vuelve loco a todo el mundo. Vuelve loco a los medios. Puede que sea uno de los peores jugadores que he cubierto. No para de hablar… hubo un momento cómico el año pasado cuando se metió al clubhouse de los Twins para saludar a sus ex-compañeros y nadie volteó a saludarlo a él. Vuelve loca a la gente”. Veremos como se desempeña en Chicago, al menos con el bate seguramente lo hará mejor de los que estaban antes que él.