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El takle defensivo de los Chicago Bears, Henry Melton (69), captura al mariscal de los Dallas Cowboys, Tony Romo, durante el primer cuarto en el Cowboys Stadium este lunes 1 de octubre. GETTY/Ronald Martinez
Ronald Martinez / Getty Images
El takle defensivo de los Chicago Bears, Henry Melton (69), captura al mariscal de los Dallas Cowboys, Tony Romo, durante el primer cuarto en el Cowboys Stadium este lunes 1 de octubre. GETTY/Ronald Martinez
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El mariscal de origen mexicano de los Dallas Cowboys, Antonio Ramiro ‘Tony’ Romo, difícilmente olvidará la derrota por 34-18 ante los

Chicago Bears

del pasado 1 de octubre en Monday Night Football. De hecho, pienso que el bueno de Antonio Ramiro sufrirá duras pesadillas por mucho tiempo recordando las caras de Lance Briggs, Major Wright, Charles ‘Peanuts’ Tillman, Julius Peppers, Brian Urlacher y el resto de la defensiva de los Bears, quienes pasaron por el Cowboys Stadium como los auténticos Monstruos de Midway hasta llegar a silenciar a los 90,080 ruidosos seguidores del equipo texano.

Al igual que la semana pasada ante los Rams, la defensiva de los Bears volvió a ser la gran protagonista y la clave de la victoria de Chicago en su visita a Dallas al interceptar en cinco ocasiones a Romo, con dos regresos para touchdown de Tillman y Briggs, y cimentar una gran victoria que lo mantiene con marca de 3-1 coliderando la NFC Norte junto a los sorpresivos Vikings.

“Nuestra ofensiva ha estado impresionante”, dijo tras el partido el técnico de los Bears, Lovie Smith. “Parecía como que cada jugador tenía algo que demostrar. Para sumar cinco intercepciones tienes que meter mucha presión”.

“Terminar el primero cuarto de la temporada con récord de 3-1 era una meta que hemos cumplido. Siempre es difícil cuando juegas fuera de casa, especialmente con equipo como los Cowboys. Pero nuestros jugadores estaban listos para jugar”.

El mariscal de los Bears,

Jay Cutler

, completó 18 de 24 pases para sumar 275 yardas, lanzó dos envíos de anotación a Brandon Marshall y Devin Hester, no tuvo ninguna intercepción, fue capturado dos veces y acabó con un índice pasador de 140.1. Unos buenos números ante la que era en esos momentos la mejor defensiva de la NFL. Sin embargo, Cutler no pudo convertirse en el protagonista de la victoria de los Bears y lamentablemente volvió a ser noticia por su mal carácter dos semanas después de su altercado con el tackle izquierdo J’Marcus Webb en Green Bay.

Durante el segundo cuarto, Cutler se levantó del banquillo y se fue de mala manera cuando su coordinador ofensivo, Mike Tice, se le sentó al lado para darle instrucciiones tras fallar en una conversión de 3 y 1 que tuvo que resolverse con un gol de campo de Robbie ‘Gol’ Gould de 43 yardas para el 3-0 de Chicago.

El desaire de Cutler con Tice fue

recogida por las cámaras

de ESPN y muestran una vez más el mal comportamiento y actitud del mariscal de los Bears, al que cada vez se le ve menos líder del equipo y más a remolque de la defefensiva.

“No pasa nada”, dijo Cutler. “No tengo que estar sentado junto a Tice todo el partido, ¿verdad? Estas cosas pasan durante los partidos. Sólo porque me haya levantado a beber agua no quiere decir nada”.

Y si la defensa de los Bears fue la gran ganadora del partido, el gran derrotado fue Tony Romo, quien tuvo un partido para el olvido al sufrir cinco intercepciones para empatar la peor marca de su carrera profesional.

El mariscal de los Cowboys completó 31 de 43 pases para 307 yardas e hizo un envío de anotación, pero en ningún momento pudo superar la tremenda muralla defensiva que le plantó el equipo de Chicago para terminar siendo completamente devorado por los Monstruos del Midway.

Tan impotente terminó Romo, que en los últimos minutos del partido fue sustituido por el exmariscal de los Bears, Kyle Orton, quien todavía tuvo tiempo para enviar un pase de touchdown y maquillar un poco la humillante derrota del equipo de Dallas en su casa.

Con esta victoria, la primera como visitante este año, los Bears se ratifican como serios contendientes en la NFC, aunque no vendría nada mal que la ofensiva arrancara más protagonismo por su buen juego que por el mal comportamiento de su mariscal.