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Ronda Rousey (arriba) es la campeona gallo de la UFC y sólo necesitó un asalto  para derrotar en su última pelea a Liz Carmouch (abajo) en febrero pasado en Anaheim. Jeff Gross/Getty Images
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Ronda Rousey (arriba) es la campeona gallo de la UFC y sólo necesitó un asalto para derrotar en su última pelea a Liz Carmouch (abajo) en febrero pasado en Anaheim. Jeff Gross/Getty Images
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Ronda Rousey

y

Miesha Tate

se han dicho de todo en varias ciudades de Estados Unidos durante el tour promocional de su pelea de

MMA

(Artes Marciales Mixtas) del 28 de diciembre en el MGM Grand de Las Vegas y Chicago no fue la excepción.

En su paso por el restaurante Gibson’s Steakhouse del centro de la ciudad, ambas departieron amablemente con la prensa y se comportaron como auténticas señoritas. Pero a la hora de hablar del combate, Rousey, actual campeona gallo (135 libras) de la organización UFC (Ultimate Figting Championship), y Tate, ex campeona de la asociación Strikeforce, sonaron como dos hombres enfurecidos que no ven la hora de lastimarse.

“A Miesha no la respeto como persona. Cuando peleamos la primera vez dijo que no me tomó muy en serio pero no le creo eso. Estaba muy bien preparada y esta vez va a ser igual”, dijo Rousey, quien derrotó precisamente con un ‘armbar’ (sumisión con llave de brazo), su arma predilecta, a Tate en el primer asalto en 2012 en Columbus, Ohio, en un combate por la corona de Strikeforce.

“Ella cree que está bien comportarse mal y mostrarme el dedo pulgar. Me faltó el respeto en esa primera pelea y combatí en un estado muy emotivo. Quería golpearla (a Rousey) y me olvidé del plan de pelea. Sólo veía sangre frente a mí y quería matarla. En realidad, ahora recuerdo muy poco de esa pelea”, señaló Tate, subcampeona mundial de Grappling (un estilo de lucha) en 2008.

El combate entre las feroces muchachas será el semifondo de la pelea entre el brasileño Anderson Silva y Chris Weidman, que será la revancha de la sorpresa del año. El mes pasado Silva, considerado el mejor peleadorde MMA libra por libra y quizás el mejor de todos los tiempos, fue noqueado por Weidman en el segundo asalto.

Además de su esperada revancha, ambas peleadoras serán entrenadoras de sus propios equipos en el promocionado evento The Ultimate Fighter, que será transmitido a partir del próximo 1 de septiembre por la cadena Fox.

Rousey es dueña de un rostro y un físico que haría suspirar a cualquier hombre. Pero arriba de la jaula es una fiera endemoniada que ha aniquilado a todas sus rivales en un solo round. Después de obtener la medalla de bronce en judo en los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008, pasó a MMA y ha transformado a la rama femenina de este deporte en sólo dos años y medio. Sus primeras cuatro oponentes fueron destrozadas en sumisiones con llave de brazos en menos de un minuto y nadie le ha durado más de un round.

Para la pelea del 28 de diciembre en Las Vegas, las dos mujeres tienen su plan de pelea. Tate insiste en que subestimó a su rival cuando ambas se enfrentaron el a. “Yo pensé que con su récord (4-0 hasta entonces) no merecía un combate por el título como otras chicas como Sarah Kaufman, por ejemplo. Pero descubrí que (Rousey) tiene una capacidad impresionante, la respeto mucho como peleadora, es muy completa y puede ganar con varias armas, no solamente con una llave de brazo. Esta vez voy a pelear con más calma e inteligencia”, señaló Tate.

Rousey, por su parte, está lista para retener el título de UFC y ratificar su fama de invencible. “Una vez dije que podía derrotar a Miesha y a su novio (Brian Caraway, también peleador de UFC) juntos y así lo siento. Estoy preparada para ganarle otra vez, no sólo con una llave de brazo en un round. Estoy lista para ganar de cualquier manera en cinco asaltos”.