CHICAGO
Los
iniciaron su edición 2014 la pasada semana en el Cicero Stadium de Cicero, Illinois, con un nuevo reglamento para entrenadores y con la ilusión de siempre entre los jóvenes que buscan un futuro en el boxeo.
El primer fin de semana se confirmó la vigencia de algunos nombres y hubo sorpresas que dejaron afuera a algunos candidatos. Entre los primeros figuran Vernon Brown y Joshua Hernández (ambos del gimnasio de Sam Colonna) en las 152 y las 178 libras, Deshawn Boyd y Ray Corona, de Garfield Park, en las 141 y las 178 libras respectivamente, y Yousif Saleh, de Chicago Fight Club, en las 123 libras. Todos ellos ganaron durante el primer fin de semana y podrían estar en las finales.
En las 108 libras está Giovanny Martínez (Jawbreakers), quien perdió la final del año pasado sin su entrenador Robinson Ayala en su esquina porque esa misma noche el boricua debió atender un compromiso profesional en Las Vegas.
“Si no me la roban esta vez, vamos a ganar; quiero que lo escribas así en el periódico”, avisó Ayala, quien no piensa perderse esta nueva oportunidad por nada del mundo.
Entre las sorpresas de las primeras rondas quedaron las eliminaciones de dos peleadores del gimnasio Brooks Park como Nick Brindise en las 141 libras y Anarbol Martínez en las 165 libras. Brindise era considerado por varios entrenadores locales como gran candidato en su división pero cayó por decisión ante Christopher Kimble (Old School Boxing Club). Por su parte, Martínez, un ex campeón de novatos en el torneo que incluso había combatido una vez en Londres, Inglaterra, perdió también por puntos ante Dion Henderson, de Sam Colonna Boxing.
“Martínez peleó con mucho corazón y la verdad es que la decisión podría haber sido para cualquiera de los dos”, reconoció Henderson, un estudiante de justicia criminal que practica yoga en sus ratos de ocio.
Rolando Cano ganó en 2013 en las 132 libras y está otra vez en los candidatos. “Siempre puede haber sorpresas pero él es un muchacho dedicado y yo quiero llevarlo para los nacionales en Las Vegas”, comentó su entrenador, el ex policía Jesse Torres del Aurora.
Entre los pesos más altos aparecen como candidatos los dos gigantes que el año pasado protagonizaron un combate polémico arriba y abajo del ring. En 2013, en la final del peso completo, Nick Mazurek derrotó por decisión a Shawndell Winters, quien bajó enardecido del ring y fue a buscar a su rival hasta provocar una guerra verbal que incluyó a los entrenadores y familiares de ambos. Este año Winters (quien venció a Armando Piña dos años atrás) es el nombre más llamativo entre los pesados mientras que Mazurek subió una categoría para intentar un nuevo desafío.
“Nick (Mazurek) recién cumplió 19 años y pasó a los super pesados porque subió 35 libras y creció dos pulgadas este año”, señaló su entrenador Sam Colonna. El joven Mazurek sigue la rutina del año pasado y viaja casi a diario dos horas desde Palatine para entrenar con Colonna en su gimnasio del sur de Chicago.
Más profesional
“Antes cualquiera se ponía una toalla al hombro y subía al ring como entrenador”, dijo el entrenador Pete ‘Papa Bomb’ George, padre del conocido púgil local Donovan ‘Da Bomb’ George. “Ahora todos los entrenadores deben estar registrados con el estado y con USA Boxing. Yo creo que esto es muy bueno”.
El requisito es nuevo en Illinois y se observa por primera vez en la presente edición de los Guantes de Oro.
“Ahora las cosas cambiaron y los entrenadores deben pasar un examen para obtener una licencia. Se puede decir que ahora el torneo es más profesional”, explicó Sam Colonna. “Ahora cuando ves a un entrenador trabajando en una esquina, tú sabes que sí conoce las reglas porque tiene que haber pasado el examen”.
Otra de las reglamentaciones, la necesidad de la ciudadanía americana para los boxeadores, que había causado polémica en las últimas ediciones, parece no estar aplicándose con el rigor de otros tiempos. “Para los campeonatos estatales se puede pelear como residente legal (sin la ciudadanía) pero después para ir a los torneos nacionales ya se necesita ser ciudadano”, indicó Jesse Torres, quien también aplaudió el nuevo requerimiento de licencias para los entrenadores.
El requisito de la ciudadanía existió siempre en realidad pero suele aplicarse con diversos grados de rigor según las circunstancias. El problema suele presentarse después de los Guantes de Oro locales: más de una vez un campeón de Chicago no pudo competir a nivel nacional porque allí sí es necesaria la ciudadanía a la hora de la registración.
Novatos y boxeadores singulares
Como es costumbre, la edición de este año presenta historias de vida singulares entremezcladas con la típica ilusión de los muchachitos que inician un nuevo sueño con la esperanza y el temor de sus familiares. Ernesto Sánchez, por ejemplo, debutó el sábado con su primera victoria como boxeador amateur y habló de la experiencia: “Esto es más difícil de lo que pensaba, empecé muy nervioso hasta que mi entrenador Bob Miller me dijo que respirara. Ahí sí, me calmé y me sentí mejor”.
Osvaldo Vera, un empleado del supermercado El Güero de Aurora y estudiante de la secundaria de Oswego, mantuvo su invicto en seis peleas y se mantiene como candidato entre los novatos de 165 libras. “Sentía que me daba un infarto al verlo ahí arriba”, reconoció su madre Angélica Vera. “Ya me cansé de decirle que cambie de deporte y ahora tengo que apoyarlo”.
Los dos mudos registrados para esta edición siguen en carrera. Uno de ellos, Julian Smith, un estudiante de 23 años de Moraine Valley College, avanzó a la segunda ronda y explicó con notoria dificultad en el habla cómo hace para comprender las indicaciones de los árbitros: “Les leo los labios y puedo entender todo”.