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MAR DEL PLATA, ARGENTINA –

Las semanas se hacen días y el tiempo está a punto de detenerse. Un grande del fútbol mexicano está al acecho del descenso, de bajar de categoría y ser el objeto de un deseo divido como es el dinero. Una historia sin fin, un hombre inflexible y un afán de querer vender a toda costa. Señores y señoras, las Chivas de Guadalajara.

Antes de entrar puramente a los números del equipo y al rendimiento, me acuerdo de haber pronosticado este final el año pasado. Cuando los aficionados del Rebaño se acercaron al palco de Vergara en el Omnilife pidiendo su renuncia inmediata. Carteles y pancartas adornaban un estadio que por ese entonces lucía con público.

Bajo el hashtag #RecuperemosALasChivas un grupo de aficionados promovió la compra del equipo. Algo imposible para una agrupación que no tenga un nivel económico alto para sustentar esa adquisición. Es una más de las propuestas absurdas en el mejor término ideadas por los fanáticos para lograr salvar a su equipo.

Es que las Chivas fueron en sus mejores años uno de los cuatro equipos que tenían mayor cantidad de público en su cancha. Cifra que ha bajado rotundamente en los últimos años. Y que para colmo seguirá bajando porque el aficionado ya no banca esta situación. Quiere una respuesta y quiere que sea ya. Para eso habrá que trabajar del lado del marketing, tratar de por lo menos regalar entradas, así se verá una mayor concurrencia.

Esos proyectos a largo plazos en el fútbol son inexistentes en Guadalajara. Vergara llegó en 2002 produciendo un ida y vuelta interminable de entrenadores. Daniel Guzmán, Eduardo de la Torre, Hans Westerhoff (2), Benjamín Galindo (2), Juan Carlos Ortega, Xabier Azkargorta, José Manuel de la Torre, Efraín Flores, Omar Arellano, Francisco Ramírez, Raúl Arias, José Luis Real, Fernando Quirarte, Ignacio Ambriz, Alberto Coyote, John Van Schip y Juan Carlos Ortega.

El holandés Van Schip fue uno de los encargados de mostrar su tristeza por esta situación en su cuenta de twitter: @Chivas Que decepción! Fuerza para los próximos partidos!

Y es que Carlos Bustos es otro entrenador del montón, intentando la heroica para salvarse. Sin embargo, esto paso con otros equipos en el continente. Misma situación, mismo final. América de Cali en Colombia y River Plate e Independiente en Argentina.

¿Quién paga estos descensos? Pues, la mismas instituciones de turno que poco a poco destruyen estos patrimonios históricos deportivos.

Son 10 puntos de 30 en los que va del campeonato. Y eso que no lo reflejan Francisco Palencia, ex director deportivo (renunció el pasado martes) y Rafael Puente, director operativo de las Chivas en sus conferencias. Este último estratega en la consagración del América en 2013. Cualidades hay, solo que son reclusos de las propias circunstancias del presente del rebaño.

Ciertamente la hora les va a llegar. Es el momento de trabajar, de confiar en los propios y dejar atrás a todo extranjero que no conoce el fútbol mexicano. Es el momento de cambiar. De sumar puntos y salvarse del descenso. De preparar un plantel, un equipo, una idea, pues el año que viene, los desafíos serán aún más exigentes.