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El mariscal de los Chicago Bears, Jay Cutler, es atrapado por Louis Delmas de los Miami Dolphins durante el partido de este domingo en el Soldier Field. David Banks/Getty Images
David Banks / Getty Images
El mariscal de los Chicago Bears, Jay Cutler, es atrapado por Louis Delmas de los Miami Dolphins durante el partido de este domingo en el Soldier Field. David Banks/Getty Images
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CHICAGO –

A la tercera tampoco fue la vencida para los

Chicago Bears

, que tras tres partidos jugados en el Soldier Field, todavía no saben lo que es ganar uno en casa esta temporada ante su público.

Este domingo el verdugo fue Miami Dolphins, que sin hacer nada del otro mundo, derrotó a placer 27-14 a los Bears, resultado que incluso pudo haber sido más abultado si no llegan a fallar varias jugadas claras de anotación, como un gol de campo que fue interceptado y otro fallado.

Esta temporada los Bears llevan una marca como locales de 0-3 y como visitantes de 3-1.

Los Bears jugaron un pésimo partido, sobre todo en la primera mitad donde dieron muestras de ser un equipo completamente impotente para atacar y de hacer daño al rival. La tremenda irregularidad de su mariscal Jay Cutler está terminando de contagiar al resto del equipo que no logra estabilizarse en su juego.

“Como le he dicho a los jugadores, hoy nuestro equipo ha realizado un inaceptable partido, sobre todo en ataque”, dijo Marc Trestman, entrenador de los Bears, tras la derrota.

La afición de Chicago ya ha empezado a cansarse del pésimo juego de su equipo y de no poder celebrar en su propia casa. Por lo que este domingo ya dedicaron al descanso y al final del partido sendos abucheos de reprobación a sus jugadores.

Los Bears regalaron la primera mitad, a la que se fueron al descanso perdiendo 14-0 y haciendo el mayor de los ridículos. Por lo que no fue capricho la tremenda silbatina que le dedicó la grada a sus jugadores cuando iban camino del vestuario.

“Tenemos que jugar mejor. Es difícil porque sabemos que somos mejor equipo de lo que hemos mostrado hoy”, afirmaba el centro de los Bears, Roberto Garza.

En los dos primeros cuartos los Bears sumaron 14 yardas por tierra y 40 yardas por pase para un total de 54 yardas. Mientras que los Dolphins sumaron 54 por tierra y 155 por pase para un total de 209 yardas. Así es imposible ganar un partido y queda justificado el enfado del público.

Cutler, que venía de hacer un buen partido ante los Falcons en Atlanta, esta vez dio la de arena y fue un verdadero desastre. El mariscal de los Bears terminó con 21 pases completos de 34 intentos para 190 yardas, un touchdown, una intercepción, un fumble tras ser atrapado, un pobre índice de pase de 74.4 y unas decisiones de pase que son difíciles de enteder. Y claro, una vez más volvió a cumplirse la regla de que cuando Cutler recibe intercepción, los Bears pierden.

Por su parte Ryan Tannehill, mariscal de los Dolphins, y a pesar de ser cazado cuatro veces, hizo lo que quiso ante la defensa de Chicago para terminar sumando 25 de 32 pases para 277 yardas, dos pases de touchdown, no recibir intercepción y acabar con un gran índice de pase de 123.6.

En la segunda mitad los Bears ofrecieron una mejor cara, ganando los dos últimos cuartos por un global de 14-13, pero ya era demasiado tarde y fue imposible la remontada. Lograron acercase a 10 puntos (24-14) a mediados del último cuarto, pero todo fue un espejismo.

Pero no todo fue malo. Los únicos rescatables de los Bears en el partido fueron el corredor Matt Forté en ataque y el tackle defensivo Jeremiah Ratliff en defensa.

Forté se multiplicó por tierra y por aire y fue el autor de las dos anotaciones de los Bears. En acarreos sumó 49 yardas y un touchdown y en pases 60 yardas y otro touchdown. Mientras que Ratliff brilló en defensa y terminó con cinco tackles y 3.5 atrapadas de mariscal, lo que es una nueva marca personal.

Este mal momento de los Bears sólo se arregla ganando, y ahí está el grave problema. Los dos próximos partidos de Chicago son de visitante, lo cual es bueno teniendo en cuenta que sólo ganan fuera de casa. Pero sus rivales son primero New England Patriots (5-2) y luego Green Bay Packers (5-2), dos equipazos que andan jugando muy bien como lo demuestra que llevan rachas de tres y cuatro victorias consecutivas, respectivamente, y que todavía no conocen la derrota en su feudo. Así que muy complicado se le presenta el futuro inmediato a estos Bears para levantar cabeza.

La jornada dominical fue rematadamente mala para los Bears ya que sus dos grandes rivales de división ganaron. Green Bay ganó 38-17 a Carolina y Detroit 24-23 a New Orleans. Por lo que Chicago se hunde a la penúltima plaza de la NFC Norte con marca de 3-4, solo por arriba de Minnesota (que perdió 17-16 en Buffalo) con marca de 2-5. Mientras que Green Bay y Detroit, con marca de 5-2, empiezan a abrir brecha en la parte alta de la división.