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El mariscal de los Chicago Bears, Jay Cutler, es atrapado por el apoyador de los Patriots Akeem Ayers (52) y el tackle defensivo Chris Jones (94) durante el partido de ayer en el Gillette Stadium. Greg M. Cooper-USA TODAY Sports
Jamie Squire / Getty Images
El mariscal de los Chicago Bears, Jay Cutler, es atrapado por el apoyador de los Patriots Akeem Ayers (52) y el tackle defensivo Chris Jones (94) durante el partido de ayer en el Gillette Stadium. Greg M. Cooper-USA TODAY Sports
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CHICAGO –

Los

Chicago Bears

(3-5) siguen su calvario esta temporada. Este domingo cayeron machacados por un rotundo 51-23 ante los New England Patriots (6-2) en el Gillette Stadium.

La derrota en sí no es sorpresiva porque los Patriots vienen muy bien, ya suman cuatro victorias al hilo y en su casa son casi invencibles. Pero no se puede perder de esta manera tan humillante, donde Chicago lució como un auténtico pelele y equipo impotente en todo momento.

Si la semana pasada el entrenador de los Bears, Marc Trestman, calificaba la derrota ante los Dolphins como “inaceptable”, sobre todo en ataque, para esta derrota ya se habrá quedado sin adjetivos para calificarla porque esto ya roza el ridículo, que es lo peor que te puede pasar deportivamente. Lo que está claro es que ante una derrota así hay que buscar responsables y debe tener consecuencias. No se puede ya mirar para otro lado o decir como siempre que estudiarán el vídeo para buscar soluciones.

El naufragio de Chicago fue total tanto en defensa como en ataque, y si enfrente tienes a un equipo poderoso como los Patriots con un mariscal del calibre de Tom Brady, entonces te hacen trizas. Y así ocurrió, quedando el partido completamente sentenciado en la primera mitad, donde los Bears se fueron al vestuario 38-7 abajo, tras recibir un parcial de 31-7 en el segundo cuarto. Dejando la segunda mitad como un auténtico trámite y suplicio, donde incluso los mariscales reservas de ambos equipos, Jimmy Clausen por Chicago y Jimmy Garoppolo por New England, cerraron el partido.

Los Patriots lograron su mayor diferencia al inicio del tercer cuarto cuando lograron ponerse 45-7. A partir de ahí soltaron el acelerador y fue cuando Cutler pudo anotar dos touchdowns que maquillaron una derrota de escándalo que pudo haber sido aún mayor.

Brady se lució y jugó a placer, firmando un partidazo donde completó 30 de 35 pases para 354 yardas, dio cinco pases de touchdown, no tuvo intercepción y cerró con un índice de pase de 148.4. Su punto álgido fueron los dos últimos minutos del segundo cuarto, donde lanzó tres pases de anotación. Mientras que su mejor conexión fue el ala cerrada Rob Gronkowski, autor de tres touchdowns y 149 yardas por pase.

La otra cara de la moneda la protagonizó el mariscal de los Bears Jay Cutler con otro partido para el olvido ya que sigue sin poder liderar y darle estabilidad al ataque de un equipo que se desmorona a pasos agigantados. Esta vez volvió a recibir una intercepción y se volvió a perder. Esta ecuación no falla nunca, aunque este domingo fue lo de menos.

Cutler completó 20 de 30 pases para 227 yardas, fue atrapado tres veces, dio tres pases de touchdown, recibió una intercepción y perdió un balón que costó una anotación.

En la ofensiva tan sólo se salvaron el corredor Matt Forté, el receptor Alshon Jeffery y el ala cerrada Martellus Bennett, autores de una anotación cada uno. Mientras que el receptor Brandon Marshall, muy crítico por la derrota ante Miami la semana pasada, sólo pudo atrapar tres balones de nueve pases.

Con esta derrota los Bears se ponen con marca de 3-5 empatados con los Vikings en el fondo de la NFC Norte que dominan Packers (5-2 y juegan este domingo noche en New Orleans) y Lions (6-2).

Los Bears, que sumaron su segunda derrota consecutiva y cuarta de los últimos cinco partidos, quedan al borde del precipicio para quedarse nuevamente fuera de la postemporada, lo que sería un auténtico fracaso porque se había diseñado un equipo para llegar muy lejos.

La próxima semana los Bears descansan, lo cual les vendrá muy bien para reorganizarse y arreglar defectos, que son muchos. No obstante el futuro luce poco optimista porque el siguiente partido es el 9 de noviembre en Green Bay ante los Packers, donde recibir otro soberano revolcón.