CHICAGO –
En los deportes colegiales hay una constante polémica si los atletas deberían cobrar sueldo o seguir jugando estos deportes a cambio de la beca estudiantil.
Por una parte, una gran cantidad de atletas quieren recibir sueldo acorde a las ganancias multimillonarias que las universidades tienen no solo gracias a la venta de los boletos para entrar a los estadios, sino también en toda la mercancía y publicidad que generan con la venta de mercancía y comida en los partidos y mas aun, la venta de los derechos de televisión. Estos derechos de televisión son cada día la mayor fuente de ingresos para los deportes colegiales y profesionales.
En el deporte colegial las ganancias han crecido exponencialmente. El año pasado se calcula que superaron los $10 billones de dólares a nivel nacional. Y con potencial a crecer, tenemos por ejemplo que la conferencia de los 10 Grandes (la Big Ten, donde esta la prestigiosa Universidad de Northwestern), tiene ya su propia cadena televisiva.
Es cierto, los atletas colegiales merecen nuestros respetos pues en cada jugada se juegan el físico, y defienden con todo corazón los colores de la Universidad.
Pero la realidad es que casi todas estas ganancias las generan las Universidades de la División I, en solo dos deportes (futbol americano y basquetbol) y solo en la rama masculina. La mayoría de las Universidades están en “números rojos” y si tuvieran que pagar sueldos (así sean pequeños), se irían a la bancarrota.
Las universidades son el oxigeno que mantiene a este país como la economía número uno del mundo, poner en riesgo estas universidades sería una lesión irreparable.
Si estos dos deportes subsidian a los demás deportes, ni modo. Los deportes son pieza fundamental en la educación de las personas, enseñan disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo, amén de mantener al cuerpo sano. ¿Qué sería este país sin voleibol, judo, lacrosse, todos estos deportes que tanto contribuyen a la educación de los jóvenes?
¿Qué los deportes masculinos subsidian a los femeninos?, que así sea. ¿Qué sería de este país si las mujeres no pueden gozar de esta educación tan completa que las universidades ofrecen?
Cierto, las universidades grandes subsidian de alguna manera a las pequeñas, pero es en beneficio mutuo. El país necesita de cientos de universidades para educar a las nuevas generaciones. Si las universidades grandes se quedan sin las chicas, serían como el niño que no le presta la pelota a nadie, y al final tiene que jugar solo.
La comunidad latina en EEUU es una que contribuye de manera importante al desarrollo de este país. Las nuevas generaciones de hispanos ocuparan cada vez más sillas en estas universidades, y las necesitamos en optimas condiciones para cuando nuestros hijos ocupen esas sillas.