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Los Bears vuelven a encender la pasión en Chicago. TRIBUNE
Jon Durr / Bongarts/Getty Images
Los Bears vuelven a encender la pasión en Chicago. TRIBUNE
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CHICAGO –

La semana pasada

Derrick Rose

anotó un tiro de tres puntos cuando el tiempo expiraba para darle a los Bulls la victoria en el tercer juego de la semifinal de la Conferencia de Este. El United Center se convirtió en un estadio lleno de gallinas buscando sus cabezas cuando sonó la campana. Al día siguiente, los Magos de Washington hicieron lo propio con los Halcones de Atlanta, ganándoles con una canasta de Paul Pierce cuando el tiempo expiraba. Por si fuera poco, el pasado domingo LeBron James de Cleveland hizo lo propio con los Bulls, ganándoles el cuarto partido en el último segundo para evitar que este se fuera a tiempo suplementario.

No quitemos mérito a estos logros, pero se quedan cortos cuando las comparamos con canastas que se anotan cuando el tiempo expira y el equipo no solo gana con la canasta, sino que evita ser derrotado pues estos van abajo en el marcador.

Por ejemplo, la que anotó Michael Jordan el 7 de Mayo de 1989. El juego era el quinto y decisivo de la serie (casualmente también contra Cleveland), Jordan encestó para darle la victoria a los Bulls 101-100. Si fallaba, los Bulls perdían el juego, la serie y quedaban eliminados.

La foto de Jordan festejando y el defensivo Craig Ehlo incrédulo es de las más famosas en el deporte profesional. Jordan dio un brinco salvaje, tres puñetazos al aire y fue emboscado por sus compañeros que lo abrazaron de alegría. Ehlo por su parte puso las manos en su cara, sus rodillas se doblaron y acabó acostado en el suelo en posición fetal.

“Hace un mundo de diferencia”, comentó alguna vez Kirk Gibson, “…si uno tiene que anotar cuando el partido está empatado uno no tiene ninguna presión, pues si no te va bien el partido continúa y nadie te lo reclama”.

“Si vas abajo…”, agregó el oriundo de Michigan “…la gente va a decir que perdimos por culpa de ese desgraciado. Si vas empatado y no te va bien, lo peor que puede pasar es que el juego continua”.

Por cierto que Gibson no es, como usted sabe, ningún jugador de basquetbol. Gibson es aquel beisbolista que conectó un jonrón en el primer juego de la Serie Mundial de 1988 cuando los Dodgers de Los Ángeles vencieron a los Atléticos de Oakland.

Los Atléticos, que eran claros favoritos, iban ganado 4-3 en el cierre de la novena entrada cuando Gibson (que estaba lesionado de ambas piernas), conectó un cuadrangular a Dennis Eckersley. Tanto en béisbol como en basquetbol, el análisis aplica. Ambos deportes se prestan para tener ese momento único que el aficionado tanto valora de “todo o nada”.

Por cierto que después de aquella victoria de los Bulls, estos perdieron en la siguiente serie contra los Knicks de Nueva York, pero fue una señal de lo que iba a traer Jordan a la ciudad de Chicago, dándole seis campeonatos en la década de los 90’s.