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Por Alejandro Yanun

CHICAGO

– Edna Jackeline Vázquez está acostumbrada a adaptarse a las circunstancias y enfrentar nuevos desafíos. Por eso, cuando en marzo pasado le avisaron que la ultramaratón del desierto del Sahara, en Jordania, iba a cancelarse por problemas políticos, rápidamente cambió el chip para enfocarse en su nuevo objetivo, una carrera de 250 kilómetros y siete días en el imponente desierto de Gobi, al norte de China.

“Los guerrilleros de ISIS entraron a Jordania y la organización de la competencia nos manda un email diciéndonos que estaba cancelada por cuestiones de terrorismo, justamente una semana antes de volar. Entonces tuve que reentrenar porque en Jordania había puras dunas de arena y Gobi, en China, es el desierto más ventoso con más piedra, que es más rápida pero muy dolorosa para los pies”, dice Vázquez, radicada desde hace años en Chicago.

El cambio funcionó a la perfección porque Vázquez, una licenciada en recursos humanos con una maestría en negocios de 34 años, triunfó en su categoría para mujeres de 30 a 39 años, tras finalizar cuarta en la competencia femenina para todas las edades y 26? en la general sobre un total de 164 atletas.

Para tener una idea de las dimensiones de la competencia, correr los 250 kilómetros de Gobi equivalen a hacerlo desde Monterrey, la ciudad natal de Vázquez, hasta McAllen, Texas, después de cruzar la frontera con Estados Unidos.

A eso habría que agregar, dentro de las dificultades que presenta la competencia, la necesidad de un inmediato cambo en el ‘reloj biológico’ de los atletas por las 14 horas de diferencia con China y la obligación de enfrentar a una naturaleza y un clima inflexibles.

Durante la competencia Vázquez debió enfrentar condiciones extremas, desde 5 grados centígrados y tormentas de nieve al comienzo de la carrera hasta temperaturas de 47 grados o 120 grados Fahrenheit. “El momento más difícil fue cruzar los cañones”, recuerda. “Ya vienes fatigada y cualquier cosa que tocas en el suelo hace que pierdas el balance; en ese momento lo único que quieres es salir de ese lugar”.

Allí, en esas condiciones infrahumanas, es cuando surge la sangre de un campeón. Para Vázquez, esa cualidad es el resultado de una práctica constante en la vida diaria. “Todos deseamos venir a América por el sueño americano”, comenta Vázquez, quien cree que la sociedad actual olvida sus objetivos finales mientras se entretiene en la gratificación momentánea. “Lo principal es desprenderte de las cuestiones económicas y las cosas que te dan placer en un instante para poder desarrollar otras capacidades. El objetivo final es tener pasión y ser perseverante. A mí lo que más me ha ayudado es ser dedicada, trabajar duro y ser perseverante”.

La consagración de Vázquez en China no fue fruto de la casualidad sino de un gran trabajo en equipo. La regiomontana se basó en un programa de fuerza preparado por Jeff Lung, de Iron Lung Fitness, con otro programa de entrenamiento de ultramaratón para desierto guiado por Nahila Hernández, la combinación de un programa de natación para la recuperación muscular, la práctica de la yoga impartida por instructores del grupo Tejas Yoga como complemento de concentración, relajación muscular y mental, y la atención médica del doctor Víctor Garza Hernández.

Grupo de élite

La competencia de China forma parte del calendario de Racing the Planet, un circuito de ultramaratones de élite destinado a un selecto grupo de atletas que bien pueden ser considerados como los mejor preparados del planeta. “Somos un grupo muy de élite en el mundo y podemos decir que estamos en el Top 10 de las competencias más exigentes”, explica Vázquez.

Para la competencia en Gobi, Vázquez voló a Beijing, capital china, para trasladarse luego a Urumuki y finalmente a la localidad de Hami, en el noroeste chino y cerca de la Mongolia que el emperador Genghis Khan recorrió con sus hordas salvajes hace 800 años.

A esas tierras áridas e indomables arribó Vázquez a fines de mayo para competir con ultramaratonistas de otros 40 países y todos los continentes.

Vázquez corrió con una mochila cargada con alimentos e inició la competencia con un peso de 11 kilos para terminar con unos cinco kilos al final. En su mochila la regiomontana llevaba comida deshidratada como lasagna precocinada y compacta, arroz con pollo y fideos para cubrir la necesidad de 1,900 calorías diarias.

Después de completar en el pasado ultramaratones de 100 kilómetros en España, Bélgica y Taiwan, y los 250 kilómetros del desierto de Atacama (Chile), considerado el sitio más seco el planeta, Vázquez ya focaliza su atención en el próximo objetivo, los ultras de Namibia (Africa) en mayo del año próximo y de la Antártida en noviembre de 2016.

Y eso de enfrentar nuevos objetivos es su especialidad. “Cuando tú crees que llegas a un objetivo, va a venir otro y luego otro. En la medida que tú descubres tus habilidades, vas a descubrir otras más”, dice Vázquez.

“Yo creo que todos tenemos la capacidad de desarrollar habilidades y el deporte es un elemento que nos ayuda a enfrentar la vida y creer en nosotros mismos”, argumenta con total seguridad. “Lo importante es tener pasión en lo que haces y enfocarte en tus sueños”.

Edna Jackeline Vázquez

Ultramaratonista mexicana radicada en Chicago

Website:

www.ednajackeline.com

Circuito internacional:

www.racingtheplanet.com

y

www.4deserts.com