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William Yarbrough, el portero de la selección de EEUU, es de padres estadounidenses pero nació en Aguascalientes (México). Getty
Philipp Schmidli / Getty Images
William Yarbrough, el portero de la selección de EEUU, es de padres estadounidenses pero nació en Aguascalientes (México). Getty
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MÉXICO –

Tienen la nacionalidad mexicana y están triunfando en la liga nacional, pero el portero William Yarbrough y el defensa Ventura Alvarado prefirieron jugar para su otro país, Estados Unidos, en la Copa Oro de la Concacaf, que se inicia el martes.

Aunque cada vez es más habitual ver a mexicanos-estadounidenses en la liga azteca, de los 15 que participaron en el pasado torneo Clausura-2015 sólo tres juegan o han jugado para la selección mexicana: Cirilo Saucedo, Miguel Ponce e Isaac Brizuela.

De los 12 restantes, tres han integrado categorías menores de la selección estadounidense, mientras que los otros nueve han sido reclutados en el equipo mayor: Edgar Castillo (que alguna vez jugó para México), Jonathan Bornstein, Michael Orozco, Gregory Garza, Joe Corona, Francisco Torres y Hérculez Gomez, además de los recientemente convocados Yarbrough y Alvarado.

La mayoría de estos futbolistas son hijos de inmigrantes mexicanos nacidos en Estados Unidos, pero el caso de Yarbrough, portero del León, es distinto.

– El portero que canta dos himnos –

Sus padres son estadounidenses, emigraron a México hace más de 33 años como misioneros e hicieron sus obras sociales en distintos estados.

Yarbrough nació el 20 de marzo de 1989 en Aguascalientes, en el centro de México.

“Estoy orgulloso de mis dos nacionalidades”, asegura el guardameta en una entrevista con la AFP.

De ojos claros, cabello rubio y tez blanca, este joven de 26 años habla en inglés en casa y tiene costumbres estadounidenses muy arraigadas como celebrar el Día de Acción de Gracias.

“Por ese tipo de cosas me siento americano pero, por otro lado, me gusta mucho la comida mexicana, la cultura…Mis mejores amigos son mexicanos”, explica.

De hecho, el arquero de 1,88 metros de estatura celebra los días de independencia de ambos países “por igual” y canta con la misma emoción los dos himnos.

“Tanto con el de México como con el de Estados Unidos he sentido una vibra debajo de la piel y más cuando los he cantado en un estadio de fútbol”, asegura el ganador de los torneos Apertura-2013 y Clausura-2014.

Aunque a lo largo de su vida el portero del León ha disfrutado de sus dos nacionalidades, en 2015 su vida profesional le presentó una disyuntiva: debía decidir si quería o no jugar para la selección de Estados Unidos.

“Quiero mucho a los dos países, pero nunca se me complicó esa decisión porque un lado mostró interés y el otro no”, afirma Yarbrough con serenidad.

El portero, que ya debutó en un amistoso ante Suiza el 31 de marzo, no pierde de vista que hay muchas posibilidades de que México y Estados Unidos se vean las caras en el partido decisivo de la Copa, en la que EEUU busca revalidar el título.

Y pese a que él, como tercer portero después de Nick Rimando y Brad Guzan, posiblemente no acabe defendiendo la portería ese día, tiene claro quien quiere que se lleve el trofeo.

“Primero Dios, los dos equipos van a estar en la final. Hay que ir paso a paso y, si se da, yo quiero ganar. México no se va a tentar el corazón y nosotros tampoco, ellos nos van a querer ganar y golear, nosotros también”, manifiesta.

– Orgullo tatuado en la piel –

Como el joven Yarbrough, los futbolistas de doble nacionalidad ‘infiltrados’ en la Liga mexicana son de vital importancia para el seleccionador de Estados Unidos, el alemán Jürgen Klinsmann.

Al portero del León, lo convocó porque “es muy determinado y tiene talento de líder”, mientras que el llamado a Ventura Alvarado, defensa del América, se dio porque “es un ejemplo de cómo ascender (ganarse un lugar) en uno de los clubes más complicados de México”, ha argumentado.

En el antebrazo izquierdo, Alvarado tiene tatuada la bandera del estado de Arizona y, en el otro, un ave fénix por la ciudad que le vio nacer en 1992: Phoenix.

El defensa, que tiene el mismo nombre que su padre -un hombre que dejó su natal Puebla (centro) para buscarse la vida como jardinero en Estados Unidos-, jugó al fútbol durante su infancia en Arizona y, a los 15, viajó a México para probarse en algún club.

Falló con el Pachuca pero tuvo éxito en el América, bajo la batuta de Miguel ‘Piojo’ Herrera, actual seleccionador mexicano, y ganó dos títulos de liga (Clausura-2013 y Apertura-2014) además de la Liga de Campeones de la Concacaf 2014-2015.

Pero, ante la posibilidad de jugar para cualquiera de los dos equipos nacionales, Alvarado tomó una postura práctica: “Me iré con el primero que me llame”.

Y Estados Unidos se adelantó. Debutó en el equipo estadounidense el 25 de marzo ante Dinamarca y tres semanas después jugó en una victoria 2-0 ante México.

Antes de ese partido, Alvarado le había hecho una advertencia a Oribe Peralta, su compañero en el América pero rival ese día en el campo: “Les vamos a ganar”.