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Los Bears vuelven a encender la pasión en Chicago. TRIBUNE
Jon Durr / Bongarts/Getty Images
Los Bears vuelven a encender la pasión en Chicago. TRIBUNE
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CHICAGO –

La

MLS

está creciendo, eso está claro, es destacable y estoy orgulloso de ser testigo de ello desde su nacimiento en 1996. Pero sus puntos más bajos y oscuros son todavía horripilantes. Y si además tres de ellos coinciden en un terreno de juego, entonces el resultado es un partido para echarse a temblar.

Eso pasó el pasado domingo en el PPL Park de Chester, Pennsylvania, donde los dos peores equipos de la liga, el

Chicago Fire

y el Philadelphia Union, se enfrentaron con arbitraje del ‘temible’ Mark Geiger. Es decir, se juntó el hambre con las ganas de comer. Un auténtico cóctel difícil de digerir a pesar de los seis goles que hubo debido al escaso ritmo de juego y el bajo nivel de fútbol mostrado.

El Fire y el Unión, con 23 y 24 puntos respectivamente, son los dos peores equipos de la MLS esta temporada, por lo que su choque no podía terminar de otra manera que con un dislocado empate a tres. Nadie merecía el premio de ganar por lo vulgares que son en sus propuestas y ejecución, donde los patadones a cualquier lado y los errores fueron la tónica del partido.

El Fire todavía no conoce esta temporada la victoria fuera de su casa. No gana de visitante desde que derrotó al Revolution el 12 de julio de 2014, eso era mediados de la temporada pasada. Además es el equipo menos goleador de la Conferencia Este (27 goles en 23 partidos). Mientras que el Union es el equipo más goleado de la liga con 43 tantos encajados y lleva una racha de cinco partidos sin ganar.

Para colmo ninguno de los dos equipos tiene un jugador de talla o una veterana súper estrella como David Villa, Pirlo, Steven Gerrard, Kaká o Frank Lampard por la que te merezca la pena mirar el partido esperando al menos un detalle de otra galaxia. Ni eso. Todo es puro músculo, carreras para arriba y para abajo y patadones, muchos patadones.

Y del árbitro Geiger qué decir. Es un auténtico disparate que todavía esté arbitrando después del papelón que hizo en el México-Panamá de la Copa Oro, que no terminó en escándalo de puro milagro.

El domingo volvió a dar otro recital de despropósitos al inventar faltas donde no las había, no señalar un claro penalti y además sacarlo fuera del área, no vio una manos claras en la jugada del empate final del Fire y en definitiva otra penosa actuación.

Lo peor de todo es que Geiger ha sido el mejor árbitro de la MLS en 2011 y 2014 y estuvo en el Mundial de Brasil 2014. Pero últimamente ha perdido los papeles y sus actuaciones son realmente malas. Así que cada vez que aparece sobre el campo es para echarse a temblar porque cualquier cosa puede pasar. Por lo que quizás lo mejor es que se tome un respiro, vuelva a su antiguo trabajo de profesor de matemáticas de instituto, y se reemplateé su futuro.