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El mexicoamericano Ricardo 'Pancho' Gonzales, número del mundo de 1952 a 1960, es uno de los mejores tenistas de la historia. Archivo Getty
AFP / AFP/Getty Images
El mexicoamericano Ricardo ‘Pancho’ Gonzales, número del mundo de 1952 a 1960, es uno de los mejores tenistas de la historia. Archivo Getty
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CHICAGO –

Este fin de semana se juegan las finales y semifinales del torneo

Abierto de Australia

y todo parece indicar que tanto la rama varonil como la femenil habrá invitados ya conocidos por todos: el serbio Novak Djokovic y Serena Williams de EEUU.

Otro dato que se repite es la salida prematura del español Rafa Nadal, que perdió en la primera ronda con su compatriota Fernando Verdasco.

Verdasco tuvo un gran partido contra Nadal, inclusive éste mencionó que le gustaría ver al madrileño llegar hasta la final, pero se dio aquel fenómeno que más bien se ha convertido en costumbre: el verdugo de Nadal pierde en la siguiente ronda. Es decir, a Verdasco le duró poco el gusto y al día siguiente perdió con el israelí Dudi Sela.

Por cierto, Sela perdió con el ruso Kuznetzov y este a su vez con el francés Gael Monfils.

Muchos se preguntan porqué se le llama ‘Abierto’ (‘Open’ en inglés). Para explicar esto tendremos que irnos un poco atrás en la historia. En términos simplistas: cuando los torneos de tenis se iniciaron hace 100 años eran simples torneos, como los que se juegan en las escuelas o en los clubes deportivos. A los ganadores se les daba un reconocimiento, después se inventaron las medallas…, los trofeos. Más tarde, estos torneos se llevaron a nivel nacional y tanto Australia como Inglaterra, EEUU y Francia tenían su campeonato nacional.

Estos campeonatos empezaron a ser muy populares al grado de que se tenía que pagar la entrada para ver el juego. Con ese dinero se pagaba el mantenimiento de las canchas, empleados, jueces, electricidad, agua, etc. Si el torneo se administraba bien (y esa es la regla número uno de los negocios), se obtenían ganancias.

El problema es que esas ganancias no se compartían con los ganadores, mucho menos con los participantes, únicamente se les daba estímulos económicos, que apenas alcanzaban para los viáticos. Los organizadores argumentaban que los tenistas debían de jugar por “el gusto de hacerlo” (esa es la regla número uno del comunismo).

En la década de los 50’s muchos jugadores levantaron la mano diciendo “¡eso no es justo!”, y hombres de negocios empezaron a hacer torneos donde se les pagaba a los ganadores y a los perdedores. Por razones obvias, estos torneos atrajeron a los mejores tenistas de la época, tal es el caso de

‘Pancho’ Gonzales

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Gonzales, nacido en Los Angeles y de padres mexicanos es considerado uno de los mejores tenistas de la historia (clasificado número uno de 1952 a 1960, récord hasta la fecha). Pero si usted revisa el libro de récords, únicamente ganó dos Grand Slams, los de EEUU en 1948 y 49, pero cuando se convirtió en profesional en 1950 gano 15 Pro-Slams.

Fue hasta abril de 1968 que se inició la ‘era abierta’, abierta porque se permitía jugar a los jugadores profesionales y amateurs, todos por el mismo trofeo.

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