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El número uno del tenis, Novak Djokovic, realizó unas ofensivas declaraciones contra las tenistas tras ganar Indian Wells. Getty
JAVIER SORIANO / AFP/Getty Images
El número uno del tenis, Novak Djokovic, realizó unas ofensivas declaraciones contra las tenistas tras ganar Indian Wells. Getty
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CHICAGO –

Una pena, en verdad, los desastrosos comentarios de un ex directivo del tenis internacional y de una primera figura del tenis como el número 1 en categoría varones,

Novak Djokovic

. Peor aún, que hayan abierto la boca para decir tonterías en pleno Mes de la Mujer aunque, en honor a la verdad, lo que dijeron es absurdo, es deplorable, en cualquier mes del año.

Djokovic se las da de guasón. Nada de gracia tuvo su comentario de que los tenistas varones tienen necesariamente que ganar más dinero que las tenistas porque, según él, sus partidos atraen más espectadores.

No sabía yo que entre los super poderes de Djokovic estuviese el poder calcular inmediata y mentalmente cuántos espectadores que siguen partidos de tenis por televisión y en línea en el mundo, son hombres y cuántos son mujeres.

Pero su bufonada no es nada comparada con lo que dijo Raymond Moore, director del prestigioso Abierto de Indian Wells.

Según este misógino, las tenistas deberían estar agradecidas eternamente a sus contrapartes varones porque gracias a que juegan a su sombra es que son conocidas y talentosas. Y siguió: dijo que se pondría de rodillas frente a Rafa Nadal y Roger Federer para agradecerles por haber nacido.

Además de que la imagen de que Moore se pondría de rodillas frente a Nadal y Federer ciertamente inspirará más de un chiste subido de tono, el comentario es misógino, ignorante y detestable.

Afortunadamente, Moore renunció al día siguiente de haber rebuznado de manera tan altisonante. Horas antes de la renuncia, una de las mejores tenistas de la historia, Martina Navratilova, había escrito: “Sería difícil imaginar que cualquier mujer quisiese ir y jugar en Indian Wells si Moore sigue como director del torneo”.

Navratilova, Billy Jean King, Chris Evert, Steffi Graf, y la actual número uno del mundo, Serena Williams, así como muchas otras atletas, han luchado tenazmente por la equidad en el pago entre tenistas mujeres y sus contrapartes varones. Si en el mundo empresarial la mujer sigue siendo discriminada, ganando 70 centavos por cada dólar que gana un hombre por el mismo trabajo, el tenis no ha escapado a esa injusticia.

En 2014, según un estudio de Sports Business Journal basado en las declaraciones fiscales de tenistas profesionales, los varones ganaron en promedio 50 por ciento más que las mujeres. Según Forbes, el tenista mejor pagado del mundo es hombre – Roger Federer, con $67 millones, seguido por otros dos hombres: Djokovic con 48 millones y Nadal con 32); Williams y Sharapova ganaron bastante, algo menos de 30 millones cada una, pero a muy lejana distancia de Federer y del ‘top 10’.

No están las cosas en el tenis para este tipo de estupideces, sacudido como está el deporte por sospechas de apuestas y corrupción, y por líos de dopaje. Las cuerdas de la raqueta desafinan mucho últimamente.

-Gerardo Cárdenas es escritor y periodista mexicano.