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Alexander Rossi celebra su triunfo en la edición 100 de las 500 millas de Indianápolis en el Indianapolis Motor Speedway el domingo 29 de mayo de 2016 en Indianapolis. (AP Foto/Darron Cummings)
Darron Cummings / AP
Alexander Rossi celebra su triunfo en la edición 100 de las 500 millas de Indianápolis en el Indianapolis Motor Speedway el domingo 29 de mayo de 2016 en Indianapolis. (AP Foto/Darron Cummings)
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INDIANAPOLIS, EE.UU. (AP) – Alexander Rossi pasó el fin de semana más importante para el automovilismo en Mónaco el año pasado, viendo a través de la televisión la transmisión de las 500 Millas de Indianapolis.

El estadounidense aún se aferraba a la esperanza de ser piloto de Fórmula Uno de tiempo completo. Y como bien dicen, se le estaba acabando el combustible.

Acelerando al domingo, Rossi se estacionó en la cima del podio más importante del deporte motor. Con un triunfo que ni siquiera el mismo Rossi pudo anticipar cuando decidió volver a Estados Unidos y darle una oportunidad a la IndyCar.

Rossi utilizó una brillante estrategia con el consumo de combustible para abrirse paso como un improbable ganador en el Indianapolis Motor Speedway, dejando perplejos a muchos.

Uno de los que pagó caro la estrategia de combustible fue el colombiano Carlos Muñoz, cuyo repostaje cuando quedaban cuatro vueltas por completar la carrera le costó el primer lugar. Muñoz pasó uno cuantos segundos en los pits, e infructuosamente intentó darle alcance a Rossi en lo restante de competencia.

“No tengo las más mínima idea de cómo he podido salir ganador”, dijo Rossi.

Muñoz debió conformarse con el segundo lugar, seguido por Josef Newgarden, Tony Kanaan y Charlie Kimball.

“No tenía idea. En verdad”, dijo el copropietario del equipo, Michael Andretti. “Era 100% europeo, su manera de entrenar, todo. Nunca había visto un óvalo salvo el de Phoenix antes de esto”.

De hecho, Rossi decidió a los 10 años de edad que quería ser piloto de F1. Seis años después dejó California rumbo a Europa, donde pasó varios años frustrado como piloto de pruebas y la mejor oportunidad de un estadounidense por convertirse en un piloto competitivo en la máxima categoría del deporte motor.

Pero sus opciones se agotaron, y cuando Bryan Herta necesitaba de un milagro para seguir en la IndyCar, firmó a Rossi y se fusionó con Andretti Autosport. Su sociedad le dio a Rossi cuatro compañeros para trabajar en el Indianapolis Motor Speedway, y necesito toda esa ayuda para sacar la victoria.

“Tuvimos nuestros momentos difíciles. Ha sido una nueva experiencia para mí”, admitió Rossi. “Ha sido una nueva experiencia para la fusión de Bryan Herta Autosport y Andretti Autosport. Trabajamos muy duro todos los días para intentar mejorar. Es solo evidencia de que estoy rodeado de grandes personas”.

Rossi era favorito 66-1 para ganar y no muchos lo habrían escogido como ganador. Pero el joven de 24 años utilizó una estrategia de consumo de combustible para escurrirse entre autos más dominantes.

Rossi exprimió su último tanque 90 millas para tomar el liderato mientras que otros tuvieron que ingresas a fosos en las últimas vueltas. En la vuelta final, tuvo que manejar el clutch mientras Herta le gritaba por la radio que conservara combustible, mismo que se le agotó una vez que recibió la bandera a cuadros.

Su celebración tuvo que esperar a que el auto fuera remolcado hasta el garaje. Se sentó en el vehículo durante un momento antes de salir a tomar un dulce trago de leche.