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Joe Frazier (izq.) en su pelea contra Muhammad Ali en Manila, Filipinas, el 1 de octubre de 1975. AP
Seth Wenig / AP
Joe Frazier (izq.) en su pelea contra Muhammad Ali en Manila, Filipinas, el 1 de octubre de 1975. AP
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MÉXICO –

Quizá usted ha visto algún partido de tenis en donde un jugador se desvanece cuando está a un juego de ganar. Esto es más común cuando un jugador está a punto de dar una gran sorpresa, aquel partido que soñó toda su vida y las piernas se le hacen de tronco en el momento clave.

Le confieso, amigo lector, que

Roger Federer

nunca me ha podido vencer en las canchas de tenis (cierto, nunca nos hemos enfrentado), pero a nivel amateur me ha pasado, como a miles de jugadores, aquel momento en que uno tiene que cerrar el juego y no lo logra. Esto nos ha pasado cuando falta un solo juego, o en casos más dramáticos cuando es ‘match point’ y falta un solo punto para la victoria.

Hay casos históricos, como el del argentino Guillermo Coria cuando tuvo en ‘match point’ a su compatriota Gastón Gaudio en la mismísima final del Roland Garros de 2004. Coria era el rey de la arcilla en aquel entonces (antes de la era

Nadal

), y después de ganarle los dos primeros sets parecía que ganaría el tercero sin problemas cuando iban 4-4 y arriba 40-0 con su servicio. Pero perdió ese juego y ese set.

En el cuarto set también lo perdió en parte por unos calambres insoportables. En el quinto mejoró, inclusive tenía ventaja de 5-4 y de 6-5 con su propio servicio, pero no pudo cerrar. En 6-5 vino la debacle cuando tuvo dos ‘match point’ que no pudo concretar y finalmente perdió aquel set 6-8. Coria perdió el partido y algo de salud mental, nunca volvió a ser el mismo en la cancha y fuera de ésta.

Hay otros que tienen una fortaleza mental envidiable, como el caso de Marin Cilic, el croata de 27 años que hace unos meses tuvo en los cuartos de final de Wimbledon al mismísimo Roger Federer no en uno ni en dos, sino tres veces en ‘match point’ solo para desperdiciarlos y perder el partido. Pero Cilic, y sus más de dos metros de estatura lograron reponerse de esa derrota, lo tomó como algo normal en la vida y siguió adelante. Lo pasado, pasado está, y hace un par de semanas ganó la final de Cincinnati a un británico Andy Murray que venía de renovar la medalla de oro en las olimpiadas.

Cilic tuvo además el valor de deshacerse de su entrenador Goran Ivanisevic y contratar a Jonas Bjorkman para poder mejorar su golpe de derecha y poder regresar los servicios con mayor potencia. Los resultados positivos se vieron de inmediato, y ahora Cilic es uno de los candidatos a vencer a Djokovic y a Murray que siguen siendo los favoritos para ganar el US Open. Recordemos que Goran es todo un ídolo en Croacia por lo que su “divorcio” con Cilic fue toda una tragicomedia en aquel país balcánico.