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El estadounidense Jared Donaldson durante su partido contra el belga David Goffin por la primera ronda del Abierto de Estados Unidos, el martes 30 de agosto de 2016. (AP Foto/Alex Brandon)
Alex Brandon / AP
El estadounidense Jared Donaldson durante su partido contra el belga David Goffin por la primera ronda del Abierto de Estados Unidos, el martes 30 de agosto de 2016. (AP Foto/Alex Brandon)
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NUEVA YORK (AP) – De sus dos años y medio que vivió en Argentina, Jared Donaldson se quedó con una frase en español que usa con regularidad: “Todo tranqui”.

También es una expresión que retrata la tranquilidad del estadounidense de 19 años en su tercer Abierto de Estados Unidos, donde ha cosechado sus primeras dos victorias en torneos de Grand Slam.

Ambas han sido frente a rivales de mayor jerarquía. Primero despachó al belga David Goffin, 12do preclasificado que este año alcanzó los cuartos de final del Abierto de Francia, y luego al serbio Victor Troicki, quien rozó el Top 10 en 2011.

Eliminado en la primera ronda del US Open en las dos ediciones previas, Donaldson debió ganar tres partidos de la fase clasificatoria para entrar al cuadro principal este año.

El actual número 122 del ranking apunta alto: “Sigo siendo el 120 en el mundo. Eso no tiene nada de asombroso. No me quiero quedar ahí… Quiero estar en el Top 10, Top 5, el número 1”.

Nacido en Providence, Rhode Island, y su recorrido es llamativo.

Lo normal es que sus compatriotas inicien su aprendizaje en academias de Estados Unidos. Tal es el caso de Taylor Fritz y Frances Tiafoe, dos de las grandes promesas estadounidenses que en este US Open perdieron en cinco sets en sus debuts. Donaldson, sin embargo, tomó otra avenida, hacia el Cono Sur.

Tenía 15 años cuando se embarcó hacia Argentina para aprender a jugar en superficie de arcilla, construir puntos y pegarle a la pelota con efecto.

Fue una idea de su padre Courtney Donaldson, quien lo llevó a la academia en Buenos Aires de Pablo Bianchi, un ex profesional.

“Lo que más saqué estando en Argentina fue fijarme en la concentración y dedicación de ellos al entrenar”, contó Donaldson. “Seriedad total. Eso me abrió los ojos. El hecho que entrenasen aún más cuando estaban cansados. La cancha de arcilla exige tanto físicamente. Eso me dio esa mentalidad de profesional siendo muy joven, con 14 años de edad”.

“Ya a los 14 tenía la agenda de un profesional, como si fuese mi trabajo… Ejercicios durante dos horas y media por día, pelotear cuatro horas días…. Y jugaba contra gente de 18, 19, 20 años. Un gran aprendizaje. Me enseñó a trabajar realmente fuerte”, añadió.

También se hizo fanático de Boca Juniors, el club de fútbol. “Recuerdo que mis compañeros me ponían a cantar. Ahora se me olvida, pero me pusieron a cantar una canción de Boca y un día la canté en el vestuario”.

Y otra cosa: “En Argentina necesitan dos horas para tomar una tacita de café, mientras que en Estados Unidos se necesitan 20 minutos para una enorme taza de café”.