CHICAGO – Los ecos del trágico 7-0 persiguen sin tregua al Tri de todos los mexicanos. La sombra de las penumbras futboleras no descansa y dos selecciones teóricamente muy inferiores a la de los pupilos del colombiano Juan Carlos Osorio pusieron en evidencia, nuevamente, la realidad del fútbol mexicano. El Salvador y Honduras provocaron nuevamente una jaqueca intensa a la afición cansada del mal funcionamiento de su selección, pero fiel a los colores que los representan.
La visita al siempre hostil Cuscatlán arrojó como resultado un pésimo primer tiempo, y para el complemento un ataque de cordura y funcionamiento dieron la victoria (3-1) a México. Primera bandera amarilla luego del escandaloso descalabro de la Copa América Centenario. Pero como de costumbre, las geométricas y poéticas declaraciones del ‘Profe’ Osorio, describieron el desempeño de sus dirigidos como bueno, y en cuanto al planteamiento táctico que ve y describe, como ya sabemos, de acuerdo al gasto de tinta roja y azul de cada cotejo, y según hayan interpretado los mensajes de papelitos sus jugadores, tal cuales palomas mensajeras.
Según las propias palabras de Osorio, enfrentar a Honduras en el Azteca traería el aliciente de volver a ganar la simpatía de, vuelvo a recalcarlo, la siempre fiel afición mexicana, esa afición que a pesar de los descalabros llena estadios, compran la última edición de playeras, viajan al extranjero para apoyar al gigante (enano) de la Concacaf. Así de fiel es el aficionado al Tri azteca, un partido hace olvidar el luto a Juanga, que la Gaviota se compre otra Casa Blanca, o que Donald Trump siga insistiendo en construir un muro fronterizo. Nada importa si juega el Tri.
Pero la sorpresa fue que Honduras hizo su tarea, México volvió a jugar mal presa de los planteamientos de su entrenador, la selección quedó sumida en su hartazgo de confusiones provocadas por las constantes variantes que plantea el Sr. Osorio y el seleccionado mexicano consumó su desdén con un simple empate sin goles, en el coloso de Santa Úrsula que a pesar de su majestuosidad ya no parece espantar a ningún rival, porque la riqueza histórica del Estadio Azteca está escrita en un libro donde las páginas principales las ocupan las selecciones de Brasil y Argentina, mientras México no pasa de las páginas de enmedio.
Y así México recibió a Honduras, no hubo comunión con la frustrada e impaciente pero fiel afición, esa que castigó el orgullo del timonel nacional con el grito de “fuera Osorio”, aunque el colombiano en la conferencia de prensa dijo no haber escuchado, donde también recalcó no estar pensando en dimitir al cargo. Por el contrario, hizo hincapié en sentirse más preparado y seguro de trabajo, invitando a los medios a revisar sus números: 10 ganados, 2 empates y una derrota desde su arribo, con 13 goles a favor y uno en contra en juegos de eliminatoria. Con esas cifras, creo entender cuando dicen que las matemáticas no son exactas.
¿Jugando así calificará México a Rusia 2018? Por lo pronto vayan a la tienda de la esquina, ahí venden té de tila.
-Jorge Trujillo es un periodista mexicano, afincado en Chicago y conductor del programa ESPN Deportes 1220 AM que se emite lunes, martes y viernes de 11 am a 1pm.