CHICAGO –
Jornada tras jornada, el
y los jugadores mexicanos que juegan en el extranjero, así como los jugadores y entrenadores extranjeros que llegaron al balompié azteca para enriquecerlo de talento y sabiduría o simplemente para empobrecerlo con su pobre desempeño, dan la pauta para alimentar portadas periodísticas, portales cibernéticos, micrófonos radiales y pantallas televisivas.
La famosa octava jornada sigue haciendo eco en el tintero. Mientras la Real Academia Española de la Lengua fue enfática en decir que ‘cruzazulear’ no existe, la compañía Larousse Latinoamérica en su cuenta de Twitter @Larousse_latam ofrecía cuatro definiciones distintas al mismo término. Pero en lo futbolístico, exista o no la palabra, la certeza es que Cruz Azul ya tiene acostumbrado tanto a sus seguidores como detractores a que en determinado momento simple y sencillamente el equipo hará honor al adjetivo.
Así las cosas, pupilos de Tomás Boy pusieron por todo lo alto el controversial adjetivo, nuevamente contra el
, nuevamente dejando a su afición el amargo dolor de aguantar burlas, memes y pagos de apuestas.
Pero esto es fútbol y lo único cierto de este deporte es que es muy incierto. La afición celeste puede tomar un respiro y relajarse de las burlas de aquella fatídica octava jornada. Cruzazulearla no es de uso exclusivo de los de La Noria, tanto así que sus voraces verdugos del América hicieron lo propio. ¿Vaya solidaridad deportiva no?
Haber perdido el Clásico nacional en casa contra Chivas dejó en la cuerda floja a Nacho Ambriz, pero la hazaña contra los descarrilados cruzazulinos dio un sublime respiro. Todo para hacer un ridículo ante León, en el Azteca, con gradas llenas vía entrada libre intentando resarcir el daño del tropiezo ante Guadalajara. Jugaron peor que nunca, es más, no jugaron a nada.
La ganadora historia del América demanda campeonatos, triunfos importantes, récords, ganar todos sus clásicos. Los objetivos y metas finales en el año de su Centenario, de nuevo, por su historia y consabida grandeza, los obliga a ganarlo todo esta temporada.
En el horizonte cercano debe remontar posiciones para escalar al liderato general, blindar su casa y alejarse de las bochornosas actuaciones como local, compactar a todo el equipo, cerrar filas y ser simplemente el mejor en este, que se supone, debe ser su mejor torneo, el del festejo del Centenario. El torneo que serviría para restregar su ‘grandeza’ al resto de los competidores.
Pero Ricardo Peláez la cruzazuleó en la toma de decisiones con Antonio Mohamed, la cruzazuleó con Matosas, la cruzazuleó llevando al nido a Nacho Ambriz, la cruzazulearon en el Mundial de Clubes, la cruzazuleó al ratificar lo insostenible, pero Peláez defiende el pellejo cobijándose en la zona de clasificación (por el momento), el liderato en la Copa MX y el próximo diciembre otro Mundial de Clubes, que esperamos no se convierta nuevamente en otro simple viaje vacacional de fin de año.
Cruzazulear no existe, la frustrante realidad de Cruz azul y América es muy real y sus aficiones no merecen tales vergüenzas.
-Jorge Trujillo es un periodista mexicano, afincado en Chicago y conductor del programa ESPN Deportes 1220 AM que se emite lunes, martes y viernes de 11 am a 1pm.