CIUDAD DE MÉXICO –
Los ojos del mundo deportivo están ahora atentos de la Serie Mundial. ¿Quién podrá romper esa sequía de tantas décadas sin poder ganar un campeonato?
Los Indios de Cleveland darían a sus aficionados un año de ensueño después que LeBron James ya trajo el campeonato de básquetbol que le prometió a la ciudad que lo vio crecer.
Los Indios no son los favoritos para llevarse esta Serie Mundial, pero tampoco eran favoritos para llevarse la División Central, ni la Serie Divisional ni la Serie de Campeonato de la Liga Americana, y lo hicieron todo con convicción.
La sequía de los
supera las décadas, es una sequía generacional. La semana pasada cuando hicieron el último out y se proclamaron campeones de la Liga Nacional se sintió como si a los aficionados se les quitaba un peso que llevaban heredando de una o dos generaciones, y que por nada del mundo querían transmitir a sus hijos. Sumémosle un peso menos (del tamaño de otra generación) si logran coronarse en esta Serie Mundial.
Recientes encuestas confirman que en la Ciudad de México el equipo más popular siguen siendo los Dodgers de Los Ángeles. No es sorpresa, el béisbol se comenzó a transmitir por televisión en esta ciudad en la década de los 80’s, cuando Fernando Valenzuela era el mejor pitcher de las Mayores. El ‘Toro’ de Sonora además era un muchacho joven, honesto y trabajar. Los Dodgers han sabido mantener en su roster a uno o dos mexicanos, para mantener su compromiso con los connacionales sin sacrificar la calidad del equipo.
Ahora hay una mentalidad de “imposible no irle a los Cachorros de Chicago”. La gente simpatiza por este equipo y esta ciudad por tener una personalidad amigable, y sin tener que ser presumidos están dando los resultados que la fanaticada espera. Los jugadores representan los valores de la ciudad y ganar sería el logro deportivo más grande de sus carreras.
Pero esos logros deportivos son pequeños si los comparamos con los logros a nivel comunitario. Jon Lester y Anthony Rizzo por ejemplo, que son sobrevivientes de cáncer, han trabajado incansablemente para colectar fondos que ayuden a salvar vidas y concientizar a la gente de esta enfermedad que puede ser prevenible.
El caso de Matt Szczur es admirable. Más tarda uno en aprender a pronunciar su apellido que en enamorarse de su historia. Resulta que su coach de la Universidad de Villanova motivó a sus jugadores a ser donadores de medula ósea, y Matt se voluntarizó. Al poco tiempo encontraron una niña en Ucrania que necesitaba de medula ósea y que era compatible con Matt quien no dudó en donar un ‘pedazo’ de su vida, a pesar de que puso su vida en peligro.
Los Cachorros tienen un gran equipo, y si logran ganar la Serie Mundial serán claros favoritos en Las Vegas para ganar la Serie Mundial de 2017, pues tienen un equipo talentoso, muy joven y sobre todo, con los pies en la tierra.
