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El jugador de los Indios de Cleveland, Carlos Santana, participa en un entrenamiento previo al tercer partido de la Serie Mundial contra los Cachorros de Chicago el jueves, 27 de octubre de 2016, en Chicago. (AP Photo/Nam Y. Huh)
Nam Y. Huh / AP
El jugador de los Indios de Cleveland, Carlos Santana, participa en un entrenamiento previo al tercer partido de la Serie Mundial contra los Cachorros de Chicago el jueves, 27 de octubre de 2016, en Chicago. (AP Photo/Nam Y. Huh)
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CHICAGO (AP) – Carlos Santana ha defendido el jardín izquierdo sola una vez en su carrera, y eso fue hace cuatro años.

¿Es demasiado arriesgado ponerlo de titular en esa posición en un juego de la Serie Mundial? Para el manager de los Indios Terry Francona, no fue una decisión complicada de tomar.

“No venimos a jugar para tener un marcador apretado. Aquí estamos tratando de ganar”, señaló Francona previo al tercer partido del Clásico de Otoño.

“Admito que es una apuesta audaz. Pero no hemos llegado a semejante instancia para ser cautelosos”, añadió el piloto.

Pese a la casi nula experiencia de Santana en el izquierdo, Francona decidió asignarle al dominicano la tarea para el duelo el viernes contra los Cachorros, el primero de una Serie Mundial en el Wrigley Field desde 1945.

Habitual bateador designado de Cleveland, Santana defenderá en el izquierdo por segunda vez en sus siete años de carrera en Grandes Ligas. Su previa experiencia en la posición fue cuando actuó en cuatro innings en agosto de 2012.

Las otras opciones que barajó Francona eran Coco Crisp o Brandon Guyer, pero los Indios no querían perder la presencia de Santana como primer bate en el orden ofensivo con la serie trasladándose al estadio de la Liga Nacional para los siguientes tres partidos. Santana fue jardinero cuando llegó la República Dominicana, pero en las mayores se ha desempeñado esencialmente como inicialista, antesalista y receptor.

El dominicano lideró al equipo con 34 jonrones en la temporada regular, además de quedar tercero en la Liga Americana con 99 boletos y octavo con su porcentaje de embasado .366. Cuando fue primero al bate, Cleveland tuvo marca de 53-32.

“Carlos está fascinado”, indicó Francona. “Se ofreció (para jugar en el izquierdo)… Si hace una mala jugada, eso afectar nuestra posibilidades de ganar, pero tendrán que hablar conmigo, no con Carlos. Eso no me parecería justo con él. Al fin de cuenta, esto nos permite una mejor posibilidad de ganar, caso contrario no lo hubiera hecho”.

La decisión se tomó tras conversar con los jugadores, el presidente del club Chris Antonetti y el gerente general Mike Chernoff.

Francona recordó que en el pasado tuvo que hacer algo idéntico cuando dirigió en Boston, colocando al dominicano David Ortiz en la primera base en los estadios de la Nacional.

“Una vez sacó out a alquien en tercero en un juego contra los Cardenales”, dijo Francona, evocando la Serie Mundial que los Medias Rojas barrieron en cuatro partidos en 2004. “Estas son las reglas”.

Los Cachorros también tuvieron su disyuntiva en los jardines.

Tantearon la posibilidad de poner a Kyle Schwarber de titular en el izquierdo, pero los médicos no le dieron el jueves la luz verde al toletero que disputó los dos primeros partidos en Cleveland como designado. Esos fueron sus primeros turnos al bate desde que se rompió dos ligamentos de la rodilla izquierda en el tercer partido de la temporada en abril.

El manager Joe Maddon optó por el cubano Jorge Soler en el derecho y mantener a Ben Zobrist en el izquierdo. Jason Heyward, que firmó un contrato por 184 millones de dólares antes de esta temporada y fue el jardinero derecho titular durante la mayor parte de la temporada regular, volvió a quedarse en la banca al igual que en los dos primeros encuentros de la serie. Heyward tiene apenas dos hits en 30 turnos en esta postemporada.

Chicago repitió con el novato venezolano Willson Contreras como receptor y quinto bate.

Soler será el sexto, seguido por el segunda base puertorriqueño Javier Báez, el torpedero Addison Russell y el pitcher Kyle Hendricks.

La serie está empatada 1-1.