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Ezekiel Elliott, de los Cowboys de Dallas acarrea el balón durante el encuentro del domingo 20 de noviembre de 2016, ante los Ravens de Baltimore(AP Photo/Michael Ainsworth)
Michael Ainsworth / AP
Ezekiel Elliott, de los Cowboys de Dallas acarrea el balón durante el encuentro del domingo 20 de noviembre de 2016, ante los Ravens de Baltimore(AP Photo/Michael Ainsworth)
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FRISCO, Texas, EE.UU. (AP) – Ezekiel Elliott superó muy pronto uno de los pocos momentos que han evidenciado su condición de novato: sus dos balones sueltos ante Washington en el segundo partido de su carrera, que derivaron en que los Cowboys lo enviaran al banquillo.

La cuarta selección del draft enfrenta a los Redskins de nuevo el jueves, ahora como líder de la NFL en yardas por tierra. Su contribución ha sido clave para que Dallas haya hilvanado nueve victorias consecutivas.

Ha cambiado mucho la percepción sobre el corredor de los Cowboys luego de esos balones perdidos ante Washington y de su debut frente a los Giants de Nueva York, la única derrota que ha sufrido Dallas (9-1).

“Sólo he repetido las jugadas, eso es todo”, dijo el ex astro de Ohio State, al explicar cómo ha descollado tan rápidamente.

Parece que el secreto no está sólo en practicar. Elliott, de 21 años, no se ha doblado ante las altas expectativas que tenía sobre él una franquicia que seleccionó en el draft a dos running backs que llegaron al Salón de la Fama, Tony Dorsett y Emmitt Smith. Este último es el líder histórico de la NFL en yardas terrestres.

El estilo y el físico de Elliott parecen ajustarse muy bien a las ventajas que le brinda una de las mejores líneas ofensivas de la NFL. Puede ser un corredor fuerte, que embiste decididamente, y en la misma jugada puede transformarse en un ágil corredor. Asimismo, puede atrapar pases y realizar bloqueos.

Y desde luego, tiene una velocidad que deslumbra, como lo demostró al atrapar un pase corto y escaparse 83 yardas para despertar un ataque aletargado en el triunfo sobre Pittsburgh.

“Su entrenador en la universidad dijo que era el mejor jugador que había tenido, sin importar que tuviera o no el balón en las manos”, destacó Jason Garrett, entrenador de los Cowboys. “Es un jugador joven pero maduro. Aprende rápido, y creo que tiene un tremendo espíritu competitivo”.

Esos rasgos ayudaron a que Elliott respondiera con creces, pese a que se esperaba mucho de él.

El otro novato de los Cowboys, el quarterback Dak Prescott, es un caso distinto. De él se esperaba poco o nada.

Prescott, seleccionado en la cuarta ronda desde Mississippi State, reemplazó al lesionado astro Tony Romo. Y contra todos los pronósticos ha guiado a Dallas a la mejor foja de la NFL. Romo, titular durante 10 temporadas, se recuperó sólo para percatarse de que Prescott lo había relegado al banco.

El impacto de Elliott -138 yardas por partido con sus acarreos y 10 touchdowns- ha ayudado también a Prescott.

“Pienso que él sólo trata de mostrarse como es y no permite que la presión o cualquier otra cosa lo afecte”, comentó el corredor sustituto Alfred Morris, en referencia a Elliott. “Ni siquiera en el primer par de semanas, cuando el comienzo fue difícil, él permitió que esto lo afectara”.