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El jugador del equipo de Argentina de Copa Davis, Juan Martín del Potro, derecha, practica mientras es observado por el capitán Daniel Orsanic antes de la final de la Copa Davis contra Croacia el miércoles, 23 de noviembre de 2016, en Zagreb. (AP Photo/Darko Bandic)
Darko Bandic / AP
El jugador del equipo de Argentina de Copa Davis, Juan Martín del Potro, derecha, practica mientras es observado por el capitán Daniel Orsanic antes de la final de la Copa Davis contra Croacia el miércoles, 23 de noviembre de 2016, en Zagreb. (AP Photo/Darko Bandic)
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ZAGREB, Croacia (AP) – Juan Martín Del Potro y Marin Cilic, los estandartes de Argentina y Croacia en la final de la Copa Davis, comparten tantas cosas en común que cualquiera diría que son mellizos.

Está la amistad que se gestó cuando eran unos niños tenistas, y un enfrentamiento que el argentino ganó en dos sets en las semifinales de la rama Sub14 del Orange Bowl de 2002, uno de los más tradicionales del circuito juvenil.

Ahora, ambos tienen 28 años y miden 1,98 metros de estatura (6,6 pies). Del Potro llegó al mundo un 23 de septiembre de 1988 en Tandil, Argentina. Cinco días después, Cilic nació en Medjugorje, Bosnia.

Cada uno cuenta con un trofeo de campeón de Grand Slam en sus vitrinas, el del Abierto de Estados Unidos. Del Potro ganó el suyo en 2009 y Cilic en 2014.

Solamente dos jugadores han sido capaces de vencer a Andy Murray y Novak Djokovic durante esta temporada. Ya puede imaginarse quiénes son: Del Potro y Cilic.

Y este fin de semana pueden cruzarse en una pista rápida bajo techo en la Arena Zagreb.

“Marin es un gran jugador. Le conozco desde que tengo 12 años y hemos tenido carreras similares. Es uno de mis mejores amigos en el tour”, dijo Del Potro sobre el actual número seis del mundo. “Tiene una buena oportunidad de ganar el trofeo este fin de semana, pero nosotros también intentaremos ganar”.

De vuelta a la actividad tras perderse casi dos temporadas completas por tres cirugías en la muñeca izquierda, Del Potro simboliza mejor que nadie la inesperada campaña que tiene a Argentina a un paso de conquistar su primer título en el torneo por equipos.

“Es muy bonito ver a Del Potro de nuevo en el tenis. Es fenomenal que haya logrado volver, y con tan buen juego”, dijo Cilic.

Del Potro comenzó su temporada a mediados de febrero en el torneo de Delray Beach, Florida. Por entonces era el 1.045 del ranking. Luego de ganar una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, alcanzar los cuartos de final del US Open y conseguir en Estocolmo su primer título en dos años, Del Potro cerrará el año como el número 38.

Romper el maleficio de Argentina en la Davis -la única potencia del tenis que nunca ha ganado la Ensaladera de Plata- supondría el broche de oro para un jugador cuya carrera se daba como acabada.

“Estar en otra final es un gran premio por no rendirme, es algo inolvidable”, declaró Del Potro. “No esperaba esto ni la mayoría de cosas que viví durante el año. Es el cierre de un gran año, y ojalá que sea un buen fin de semana para todos”.

Esta es la cuarta vez en la última década, y quinta en general, que los argentinos alcanzan la final del certamen, y podrían convertirse en apenas el segundo país que se proclama campeón imponiéndose de visita en cada una de las cuatro series. Francia transitó esa ruta en 2001.

¿Cuán difícil ha sido?

Vencieron 3-2 a Polonia en la primera ronda, con un par de victorias de Leonardo Mayer y otra del debutante Guido Pella en los individuales. En julio, Del Potro se reincorporó al equipo tras casi cuatro años de ausencia para enfrentar a Italia en cuartos de final, comprometiéndose solo al punto de dobles. Hizo dupla por primera vez con Pella, consiguiendo la victoria en una serie que sentenciaron 3-1 cuando Federico Delbonis superó a Fabio Fognini.

Más inesperado fue eliminar al campeón vigente Gran Bretaña en las semifinales. En la revancha de la final olímpica que habían disputado en agosto, Del Potro derrotó a Murray tras 5 horas y 7 minutos, el partido más largo en la carrera de ambos, para sumar el primer punto.

Todavía faltaba la gesta de Mayer, un jugador excluido de la anterior serie cuando una lesión en el hombro provocó que saliese del Top 100. Del Potro estaba descartado para el domingo y los británicos habían emparejado 2-2, pero Mayer apareció para vencer a Dan Evans.

“A Juan Martín lo conocí este año y me da felicidad estar con él”, afirmó Pella. “Aporta mucho más de lo que puede hacer dentro de una cancha. Estamos todos en sintonía”.

Bajo la capitanía de Daniel Orsanic, esa clase de sintonía es una virtud de la que carecieron previos equipos argentinos.

Nunca fue secreto que Guillermo Vilas y José Luis Clerc, que perdieron la final de 1981 ante Estados Unidos en Cincinnati, no se llevaban bien.

Peor fue la telenovela de 2008 en Mar del Plata, marcada por las recriminaciones entre David Nalbandian y Del Potro, por la sede de su primera y única final en casa y hasta por la decisión del tandilense de disputar la Copa Masters en Shangai. No pudieron contra una España que se había presentado sin Rafael Nadal.