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CHICAGO –

Los

Chicago Bulls

cerraron la temporada el pasado viernes siendo humillados en casa por los Boston Celtics para ser eliminados 4-2 en la serie de primera ronda de los playoffs.

“Ha sido un final duro, no merecimos acabar así. No quiero que sea una excusa la ausencia de Rondo, pero es algo que nos ha afectado muchísimo. Su baja y el no jugar bien en casa los últimos partidos demuestran que algo falla. Ha sido una temporada irregular pero hay que pasar página, pensar en los errores y empezar a prepararse para la temporada próxima”, afirmaba

Nikola Mirotic

, alero de los Bulls.

Que algo fallo es evidente, porque desde la salida hace dos años del técnico Tom Thibodeau y la entrada de Fred Hoiberg, el equipo ha pasado de ser gran aspirante a la final de la NBA a ser un equipo más que mediocre y en evidente camino de descomposición.

La afición de los Bulls también se ha expresado al respecto, y el pasado viernes en las gradas del United Center, se escuchó en varias fases del partido gritos de “¡Despedir a Hoiberg!”.

Gran parte de culpa de haber llegado a este punto radica en sus dirigentes, que ya tienen fama de ser los peores de la NBA.

La dupla formada por el gerente general Gar Forman y el presidente de operaciones John Paxson han terminado por desmantelar a los Bulls con sus decisiones. Desde su gran acierto al seleccionar a Derrick Rose en 2008, sus contrataciones y cambios de jugadores sólo han servido para desarmar un equipo que iba en ascenso y convertirlo en lo que es actualmente, un equipo a la deriva.

El equipo está ahora a años luz de ser contendiente al título, por lo que o se realiza ya una drástica reconstrucción o el equipo seguirá sumido en una mediocridad y descomponiéndose más.

Al término de esta temporada, sólo siete jugadores tienen contrato garantizado: Jimmy Butler, Brian López, Cameron Payne, Denzel Valentine, Jerian Grant, Bobby Portis y el alemán Paul Zipser. El resto, bien por parte del club o de ellos, están en el aire.

“Mi primera opción es volver a Chicago. A partir de ahí yo tendré que trabajar este verano porque lo necesito. Tengo que trabajar sobre todo en mi físico y lo quiero hacer. En julio veremos que pasa con mi futuro”, afirma Mirotic, quien acaba de terminar su contrato.

Dwyane Wade tiene un opción por casi $24 millones para regresar el próximo año si él lo desea. Con 35 años y el pobre rendimiento ofrecido esta temporada no lo vale. Pero el jugador tiene la opción de elegir volver con un buen sueldo o buscar otro equipo para luchar por el título.

“Tengo muchas opciones para volver a jugar. No necesito la presión por ganar otro anillo, pero puede ser. También podría pasarle mis conocimientos a los jóvenes”, afirma Wade.

“No sé en este momento, pero estoy en una buena situación porque puedo decidir lo que quiera hacer y tengo mucho dinero para decidir lo que quiera o no. No está mal, para eso he trabajado toda mi vida. No estoy presionado, por lo que en un mes decidiré mi futuro”, añade.

El caso de Rajon Rondo es al revés, ya que son los Bulls lo que tienen que decidir antes del 30 de junio si hacen valida la opción para que vuelva el próximo año por $13.4 millones. En caso contrario pueden darle $3 millones y dejarlo marchar.

El veterano Rondo ha pasado de ser reserva, estar apartado del equipo y ser todo un problema para Hoiberg al inicio de temporada a ser indispensable y amado por todos en el tramo final.

“Me encanta Rondo y me encanta entrenarlo”, afirmaba Hoiberg tras la derrota ante Boston en el sexto partido.

“Ha sido fantástico verlo jugar. Nos aportó mucho y jugó un estilo de baloncesto muy excitante. Un estilo de baloncesto muy divertido de ver y de entrenar”, añade.

Incluso el futuro de Butler está en el aire. El jugador podría firmar una extensión por cinco años y $200 millones a partir de 2019-20 para liderar la reconstrucción o ser utilizado como moneda de cambio para facilitarle al jugador llegar a un equipo con aspiraciones de anillo y al mismo tiempo sacar a cambio unos buenos jugadores.

Se vienen tiempos de grandes decisiones en los despachos de los Bulls en los que se decide el futuro, que de momento, se ve muy turbio.