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El portero tico del Real Madrid Keylor Navas es un gran creyente en Dios y lo muestra normalmente en los partidos. Getty
OSCAR DEL POZO / AFP/Getty Images
El portero tico del Real Madrid Keylor Navas es un gran creyente en Dios y lo muestra normalmente en los partidos. Getty
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MADRID – La fe en sí mismo y la Fe en Dios han marcado la difícil temporada del portero del

Real Madrid

, el costarricense

Keylor Navas

, hasta que ayer, con

la Liga

en sus manos, la culminó con la doble declaración de principios de la confianza en sí mismo y su concepto trascendente de la existencia.

El paradón providencial que le hizo al delantero del Málaga Sandro Ramírez cuando la Liga aún no estaba decidida, aunque sí encarrilada con el 0-1 de Cristiano Ronaldo, fue la primera de otras tantas de una actuación estelar con la que el meta tico volvió a reivindicarse ante quienes no paran de buscarle sustitutos.

Keylor Navas (Pérez Zeledón, 1986) ha sido y es “el portero número uno” del Madrid, como subrayó en su día el entrenador, Zinedine Zidane, ante el enésimo debate abierto en la portería blanca en uno de los momentos de la temporada en los que el costarricense fue sustituido por Kiko Casilla.

Sin embargo, la recta final de la temporada madridista ha supuesto la vuelta de la mejor versión de este portero trascendente y trascendental que, ayer en La Rosaleda, rubricó su segundo año en el club de Concha Espina con su primera Liga y presentó sus cartas credenciales para hacerse con el doblete en Cardiff ante la Juventus en la final de la Liga de Campeones.

La imagen orante de Keylor, arrodillado y con los brazos abiertos, es ya un clásico en los partidos del Real Madrid desde que fichó hace dos años al arquero costarricense, quien anoche devolvió sus plegarias con un gesto de agradecimiento a Dios y un homenaje a los niños enfermos en forma de rapado de cabeza.

Lo que para otros jugadores es mero entretenimiento y pose divertida, para Keylor es trascendencia y agradecimiento a Dios, que ha sido la guía de su vida personal y profesional desde que pasó de ser un héroe nacional con el equipo más laureado de su país, el Deportivo Saprissa, a calentar banquillo en modestos de España, como el Albacete y el Levante.

Hasta que un Mundial excelso en Brasil le abrió las puertas del Real Madrid, al que llegó con la escuela de la humildad y el trabajo que le llevaron a ganar su primera Liga en España y acordarse de los malos momentos y de los que los pasan peor, como los niños con cáncer en cuyo honor se rapó.

“Me corté el pelo por los niños que luchan contra el cáncer en el hospital. Por sus familias, para que sigan luchando”, confesó tras el partido Keylor Navas, quien comentó a los periodistas que le había dicho a Dios que si ganaban un título se lo dedicaba a los niños y así hizo en el mismo vestuario del club malaguista.

Si el meta costarricense nunca lo ha tenido fácil, la dificultad se le hizo mayor al tener que soportar la presión de la portería de un grande, en la que hay que resolver, y bien, lo poco que llega, en contraste con los bombardeos que los porteros tienen que salvar en equipos más modestos.

A ello, Keylor ha unido el trabajo extra de hacer frente a la intensa rumorología que, de manera constante, le ha querido buscar sustituto en la portería del Bernabéu; hacer oídos sordos ante nombres como los de David De Gea o Thibaut Courtois, que han sonado como sus eventuales sustitutos; y seguir a lo suyo como en Málaga.

Un fax que no llegó a tiempo frustró su traspaso al Manchester United en una operación de intercambio con David de Gea le hizo pasar “los peores momentos de su carrera”, según confesó, y considerar además que Dios le había dado una nueva oportunidad y que no pensaba desaprovecharla.

Lo ‘cantó’ al volar hasta la escuadra de su meta hasta hacerse daño en el chut de Sandro y lo proclamó con su gesto hacia los niños con cáncer y de agradecimiento a Dios, que la vida, en versión Keylor, es no rendirse nunca: ahora le queda la oportunidad de rubricar su gran año con un doblete y, como ha dicho, seguir en Madrid.