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Manifestantes frente a la Corte Suprema, este viernes 15 de enero, piden que una oportunidad para los inmigrantes indocumentados. GETTY
Chip Somodevilla / Getty Images
Manifestantes frente a la Corte Suprema, este viernes 15 de enero, piden que una oportunidad para los inmigrantes indocumentados. GETTY
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CHICAGO – Al aplazar para la próxima semana su decisión sobre si analizará el caso de las acciones ejecutivas en materia migratoria del presidente Barack Obama, el Tribunal Supremo federal prolongó la incertidumbre de cinco millones de indocumentados, que esperarán con optimismo unos días más.

“Seguimos esperando, pero en el fondo somos optimistas”, declaró la activista María Bilbao, de la Coalición de Inmigrantes de la Florida.

“Con la incertidumbre aumenta la ansiedad en la comunidad, pero no hay que verlo con mucho pesimismo”, opinó por su parte Oscar Chacón, de Alianza Américas.

Otros activistas, como la mexicana Elvira Arellano del grupo Familia Unida de Chicago, también consideran que “hay lugar para el optimismo”.

Consultada por Efe, Arellano dijo que el presidente Obama “actuó dentro de la ley” cuando anunció en noviembre de 2014 los decretos para amparar a más jóvenes “soñadores” y frenar temporalmente las deportaciones de sus padres.

Estaba previsto que los jueces del Supremo resolvieran hoy si aceptan escuchar los argumentos del Gobierno a favor de los decretos que fueron bloqueados en la corte por demandas de 26 gobernadores, en su mayoría republicanos y liderados por el de Texas.

Sin embargo, se informó que volverán a deliberar el próximo martes y, si no toman una decisión, podrían hacerlo tres días después.

Chacón opinó que la demora “no significa que sea necesariamente algo negativo”, y dijo que el caso hasta podría ser considerado en febrero, aunque admitió que “el calendario y el reloj siguen avanzando”.

De esta forma, apuntó, es cada vez más difícil conseguir un lugar en la agenda del Supremo para que tome una decisión definitiva antes de que cambie el inquilino en la Casa Blanca.

Según datos oficiales, la máxima instancia judicial del país recibe por año unos 10.000 pedidos, de los cuales da trámite a unos 80 casos.

Por ser 2016 un año de elecciones, Chacón dijo que el Supremo debe tomar en cuenta al elaborar su agenda “hasta qué punto los casos que decida tratar van a tener un impacto en el proceso electoral”.

Se estima que si los jueces aceptan escuchar el caso, los argumentos se escucharían en abril y podría haber una decisión en junio, lo que le dejaría a Obama sus últimos seis meses en la Casa Blanca para implementar las medidas.

Para Chacón, existen muchas posibilidades de un fallo favorable, lo que se convertiría en un factor político que “el presidente y el Partido Demócrata pueden presentar legítimamente como una victoria”.

Bilbao también tiene esperanzas de un fallo favorable del Supremo “que alivie a millones de indocumentados”, porque entiende que “todo ha sido teatro político de los republicanos para conseguir los votos más radicales en año electoral”.

La activista indocumentada, de origen argentino, acusó a la fiscal de Florida, Pam Bondi, de haber incluido a ese estado en la demanda colectiva que frenó las medidas de alivio migratorio “a sabiendas de que no tendrían suerte si el tema llegaba al Supremo”.

Arellano, que resistió durante un año una orden de deportación refugiada en una iglesia de Chicago, fue enviada a su país en 2007 y regresó a Estados Unidos en 2014 con una visa humanitaria.

Desde entonces aguarda su día en la corte para defender un pedido de asilo, mientras trabaja en la defensa de los indocumentados con Familia Unida y la iglesia Adalberto que le dio santuario.

“La reforma migratoria es la solución final, pero al alargarse la lucha tenemos que presionar al Congreso y hacer que la comunidad tome conciencia y salga a votar, porque las familias que no reciben amparo se arriesgan a regresar a la violencia de sus países”, expresó.