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ARCHIVO - En esta foto del 10 de mayo del 2016, el aspirante presidencial republicano Donald Trump habla en una entrevista con The Associated Press.Trump va a la zaga de Hillary Clinton por meses, quizás años, en el uso de modernas tecnologías digitales de campaña para atraer votantes, dicen especialistas en información que trabajan para el partido Republicano. (Foto AP/Mary Altaffer)
Mary Altaffer / AP
ARCHIVO – En esta foto del 10 de mayo del 2016, el aspirante presidencial republicano Donald Trump habla en una entrevista con The Associated Press.Trump va a la zaga de Hillary Clinton por meses, quizás años, en el uso de modernas tecnologías digitales de campaña para atraer votantes, dicen especialistas en información que trabajan para el partido Republicano. (Foto AP/Mary Altaffer)
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FILADELFIA (AP) – Donald Trump va a la zaga de Hillary Clinton por meses, quizás años, en el uso de las modernas tecnologías digitales de campaña para atraer votantes, admitieron especialistas en información que trabajan para el Partido Republicano.

El casi seguro candidato presidencial republicano ha desdeñado la ciencia que define las campañas políticas del siglo XXI, una herramienta que el presidente Barack Obama usó efectivamente para ganar en dos mandatos presidenciales y que la campaña de Clinton ha empleado durante casi un año.

Aunque es demasiado temprano para saber si ese retraso va a representar un problema para Trump, ilustra la diferencia entre la campaña de éste, recalcitrantemente particular, y la experiencia institucional de la de Clinton.

“Ella ha conseguido preparar una campaña para las elecciones generales desde el inicio”, dijo Alex Lundry, ex asesor tecnológico de la campaña presidencial republicana de Mitt Romney en 2012. “Ese arranque temprano es extraordinariamente valioso”.

Datos precisos de mercadeo digital y los rastros de una persona en internet se han vuelto una nueva ciencia electoral que los demócratas han dominado y que los republicanos han buscado durante una década.

Las campañas usaron los datos inicialmente sólo para detectar partidarios. Ahora, la información guía una serie de decisiones, desde los tipos y el volumen de los anuncios, dónde desplegar personal de campaña para movilizar a votantes y qué lugares debe visitar el candidato.

El equipo de Trump no ha tenido claro el uso de esa información en una elección general.

Trump dijo este mes a The Associated Press que en su opinión se exagera la utilidad de esas herramientas digitales y que él planeaba darle un uso “limitado” durante la elección general, aunque su campaña ha trabajado con firmas y personal propio para seguir a votantes durante las primarias.

El asesor Rick Wiley, que fue contratado en abril, indicó que Trump llevaría una campaña de primera y que usaría los datos estratégicamente, dependiendo de la propia lista de partidarios de Trump, la lista de votantes del Comité Nacional Republicano y un servicio de datos financiado por éste, llamado Data Trust.

“Todo indica que nuestra capacidad de recolectar esa información es invaluable”, dijo Wiley, ex director ejecutivo del Comité Republicano. Wiley dejó más tarde la campaña de Trump, a causa de lo que una fuente cercana dijo fueron desacuerdos con personas cercanas a Trump sobre quién debería encabezar las gestiones de campaña en estados clave. La persona habló a condición de no ser identificada.

Dado que los republicanos desde hace tiempo han estado rezagados respecto a los demócratas en el uso de campañas digitales, los comentarios de Trump y la salida de Wiley no indican una premura para alcanzarlos.

Trump gastó más de 1 millón de dólares en abril en parafernalia como gorros, camisetas y carteles, pero menos de una tercera parte de esa suma en datos y funciones relacionadas, como telemercadotecnia.

La elección presidencial será en cinco meses.