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Como una munición, la película

“Miss Bala”

tiene un objetivo muy definido que es herir y despertar al espectador. La misión es crear diálogo, sacudir idiosincrasias y redefinir la identidad.

No es que deje sin habla por su gran apego a la situación actual se vive en México con la guerra que le declaró el gobierno al narcotráfico, misma que desde que el presidente Felipe Calderón la iniciara en 2006, ha dejado más de 40 mil muertos, sino porque sabes que lo que muestra “Miss Bala”, a pesar de su densidad y crudeza, no se compara con la realidad.

Como muchos mexicanos su director Gerardo Naranjo estaba harto y angustiado por la inseguridad que se vive en el país.

“Miss Bala”, el tercer largometraje del director originario de Salamanca, Guanajuato, (ha dirigido “DramaMex” y “Voy a explotar) y protagonizado por Stephanie Sigman y Noé Hernández, se presentó en la 47a. edición del

Festival Internacional de Cine de Chicago

.

El filme fue para Naranjo un acto personal para revelarse de su miedo, de enfrentarlo. Una fotografía y una noticia llamó su atención y de ahí partió la historia.

En diciembre de 2008, Laura Elena Zúñiga, Nuestra Belleza Sinaloa 2008, fue detenida en Zapopan, Jalisco, junto con siete hombres, con armas y miles de dólares en efectivo. La historia se tomó como referencia para “Miss Bala”, pero Naranjo quería ir más allá.

“Cuando hablas de un caso en específico tienes que hacerle justicia y para mí era muy importante no entrar en detalles que no eran importantes. De lo que yo quería platicar era de esta desunión social, de esta incapacidad de ser fraternales en la sociedad”, destacó.

Se cuestionaba las verdaderas razones que ocasionaron la detención de la ex reina de belleza, ir detrás de la imagen, indagar en las causas, tan corrosivas como reales.

“Tratamos de preguntarnos que tuvo qué pasar para que la persona que tiene, probablemente el trabajo más tonto y superficial, esté en la foto arrestada con la persona que tiene tal vez el trabajo más inhumano, más cruel. La respuesta es el mundo que hemos creado. Un mundo de falta de oportunidades donde hay gente que se dedica a delinquir aún sabiendo que va a morir, gente que toma decisiones tan kamikazes como esa que es convertirte en criminal a pesar de que sabes que no va a terminar bien”, agrega.

El narco, personaje gris

Naranjo buscaba explorar el concepto de que existen mexicanos buenos y malos, dar con el meollo de ese conflicto. Lo atribuyó a las pocas oportunidades que existen en México, que hacen que algunas personas en un acto desesperado, opten por delinquir.

“Me parece que si tenemos al hombre más rico del mundo y tal vez probablemente al más pobre, es un país que no sé si está ofreciendo oportunidades a la gente”, dijo.

Había además en Naranjo indignación por la mitificación o desvirtualización del tema en propuestas como la telenovela “La reina del sur” o la película “Salvando al soldado Pérez”.

Vio entonces la posibilidad de hacer otra propuesta más real.

“De mostrar al criminal como yo lo percibo, como un personaje mucho más patético, mucho más ignorante, que vive un un área mucho más gris, que no tiene cadenas (de oro en el cuello) como nos lo enseñan, que no está rodeado de ‘viejas’ ni de camionetas”, describe.

Que México no dé oportunidades, dice tiene que ver mucho con la idiosincrasia del mexicano, que por una parte tiene ese sentimiento arraigado del paternalismo con el Gobierno pero que de su lado, comete infracciones, tira basura o hace la “tranza”, constante.

“Y eso me parece una actividad latina muy enfermiza que tenemos. Y lo mismo,nos quejamos de las películas, de los contenidos en los medios pero ahí estamos cambiándole y poniéndole a la telenovela. ¿No quieres telenovelas? No las sintonices, porque si lo haces, les estás dando poder. ¿No quieres a los políticos malos? Participa, no votes por ellos, encuentra una manera de que no estén”, invita.

Cree firmemente en el potencial y riqueza de México, pero en el que adolece en sus habitantes el sentido de responsabilidad de que el mundo es lo que hacemos de él.

“Miss Bala” invita a un diálogo, a cuestionar la identidad mexicana y no considera que empañe la imagen que en otros países se tenga de México.

Su cine parte de una decisión personal, como un espejo de la realidad que vive.

“Creo que hay una responsabilidad hacia nosotros, ver la realidad y ver lo que está sucediendo. Que no me haya tocado a mí, que no me hayan cortado la cabeza, no quiere decir que no estoy en peligro o que no está en peligro la gente que quiero. Para mí esto es una manera, es una posición”, agrega.

Respeta a los que dicen que están hartos de hablar del tema del narcotráfico y la violencia porque él también lo está.

“Precisamente hacer una película de ello es mi postura de estar harto, de decir hay que comenzar a trabajar por ello para que cambie. A mí no me parece que la decisión de no mirar es la que va a ayudar a que mejoren las cosas, hay que ponerles nombre. A este problema de la violencia hay que verlo a los ojos, encararlo y después cuando lo detectemos, lo conozcamos vamos a poder empezar a solucionarlo”, explica.

Falta de identidad

El mexicano y el latino carece de identidad, dice,en el sentido que su material educativo es la telenovela o los medios de comunicación, lo que presenta una visión completamente “descerebrada” de quiénes somos.

Otro factor son las megaproducciones de cine, los blockbusters que se ven en pantalla y que no reflejan lo que culturalmente se es.

“Ese es el chiste del cine, no mostrar cosas buenas o cosas malas, sino empezar a conocernos a través de la pantalla, ver un espejo de quiénes somos, empezar a entender. Creo que cuando sepamos quiénes somos podremos entender que sí somos este tipo de sociedad que tiene cosas buenas o malas”, destaca.

Tras su estreno en la 64a. edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, se presentó en la 59a. Edición del Festival de Cine de San Sebastián. Fue seleccionada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar a México en los Premios Oscar y Goya.

El filme es producido por Gael García Bernal y Diego Luna, con su casa productora Canana Films.

El 24 de enero se sabrá si “Miss Bala” llegará a los Oscar, pues es la fecha en que la Academia anunciará la selección de filmes que competirán por el premio de Mejor Película de habla no inglesa.

Como Naranjo ya tuvo su catarsis con “Miss Bala”, el tema de la violencia y el narcotráfico para él ya es asunto cerrado. Seguirá promoviendo la película, que se está abriendo camino por sí sola.

“No me interesa ser de los directores que están analizando su realidad social, lo que tenía que decir ya lo dije, y me gustaría cambiar el estilo”.