Harris Theater, 6 de noviembre, 7:30 p.m. En el escenario, cinco instrumentos, piano, percusión, contrabajo, guitarra flamenca y violín.Al frente, un banquillo y al lado una mesa con botellas de agua, toallas negras y bebidas.
Un micrófono a la espera de traducir las vibraciones que surgirán de las cuerdas vocales del cantaor Diego El Cigala quien aparece sigilosamente en el escenario. Viste pantalón, saco y zapatos negros, camisa blanca; su melena, echada hacia atrás y en cada una de sus manos, tres anillos de oro, que se lucen cuando hace el palmeo con las manos.
De entrada, hace una reverencia al público, recibe una ovación, se sienta y comienza el embrujo gitano mezclado con tango. Canta “Garganta con arena”, el primer tema del disco “Cigala & Tango”, grabado en directo en el Teatro Rex de Argentina y con el cual está nominado en la 12a. Entrega del Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum Tango.
Días antes al concierto había confesado a HOY que de los temas del disco ése era su favorito. La voz de El Cigala cumple al pie de la letra este tema: es una voz de duendes y fantasmas, que tiene la pena. Con su tango insolente –y dulce- hace que a la gente le duela su dolor y que sienta su alegría, su cante.
“Venimos de una gira, larga, intensa, y este el último concierto. Cerramos la gira aquí en Chicago, estoy contento porque nunca había estado en Chicago, qué bonito Chicago”, confesó a la audiencia entre risas cómplices con sus cinco músicos, “el grupo de los cinco del Apocalipsis”, como los había definido antes en la entrevista.
“He tenido poquito tiempo de ver (Chicago) espero que mañana (el lunes) antes de que parta el avión poder ver algo más. Me da mucha alegría cerrar esta gira aquí en Chicago, con este público tan bueno, en verdad os quiero dar las gracias y esperemos que sea del agrado de todos ustedes, muchísimas gracias y que Dios guarde”.
Hubo mucho tango en la velada, casi todos los temas de su disco como “Soledad”, “Nostalgias”, “Alfonsina y el mar”, “Youkali” y “El día que me quieras”.
“Esto está a punto, a puntito de caerse”, dijo en referencia al micrófono. Salía y entraba al escenario, como “Pedro por su casa”, bebía, hacía pausas y seguía cantando. Su canto era lento, nada amargo y muy visceral.
Y hubo flamenco con “Corazón loco”, la explicación de El Cigala para aclarar que sí es posible amar a dos mujeres a la vez.
El público pedía “Lágrimas negras”, a gritos. El Cigala simplemente reía por la petición. “Dejad que cante lo que a mí me apetezca, qué tanto murmullo”. No la cantó, pero cómo se disfrutó el concierto con los demás temas.
Al final hizo algo que confesó no había hecho en las otras fechas de la gira, bailar con sus músicos. Ese fue el regalo, porque ya todo el público había sido cautivado con el canto de El Cigala.
Un tango y una gira exitosa
Para un cantante que desde niño traía la música en las venas, “escuchaba una guitarra y dejaba de jugar”, haber unido el mundo del flamenco con el tango le resulta muy natural.
“El tango y el flamenco van de la mano, es una música muy visceral, muy de la tierra, sus letras son parecidas al flamenco. Sus letras son de amor, desamor y pena, tienen muchísimo que ver con el mundo del flamenco, por eso no he tenido que forzar la máquina para nada ni ha habido una idea preconcebida”, confesó.
En Buenos Aires ocurrió la magia. El Cigala estuvo 15días ahí en 2010 y aunque ya había enviado los archivos musicales al maestro Néstor Marconi, músico referente del tango actual y además orquestador, arreglador, compositor y bandoneonista, nada se comparó con el verse cara a cara.
“Todos los arreglos hechos no valieron para nada, nos vimos cara a cara con la música, no es lo mismo mandar música de España a Buenos Aires, a hacerla con la persona en un estudio, esto (Cigala & Tango) se dio en directo en el Gran Rex, también era un reto súper difícil, estar en Argentina, teníamos nuestro miedo, claro”, reconoce.
Cigala y José Alfredo
Durante el paso de su gira en México, hizo el tema del cantautor guanajuatense José Alfredo Jiménez, “Vámonos”, un cante.
“Ha quedado muy bonita, la hicimos en el Auditorio Nacional se vino abajo, no se esperaban esa sorpresa. José Alfredo Jiménez está dentro de mi marco. Estoy buscando repertorio, temas inéditos”, comentó.
Y confesó que durante su estadía en México, el hijo de José Alfredo Jiménez le regaló un disco con temas inéditos del cantautor. “Haré entonces un disco, ‘Cigala canta a México’ y el de ‘Romancero gitano’, tengo tiempo para los dos”.
