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CHICAGO- La iglesia de San Pío V, en el barrio de Pilsen, volvió a rendirle un tributo póstumo a un cantante de la música regional. La tarde del 13 de diciembre se celebró una misa en honor de Jenni Rivera, “la diva de la banda”, quien murió en un accidente aéreo el 9 de diciembre.No es la primera vez que eso sucede. Esa iglesia es la misma donde hace cinco años se celebró el servicio religioso de cuerpo presente para Sergio Gómez, vocalista de K-Paz de la Sierra.Ambas muertes ocurrieron a principios de diciembre. Y los servicios religiosos en San Pío coincidieron con las celebraciones del Día de la Virgen de Guadalupe, por lo que la iglesia estaba aún con adornos y flores que los feligreses dedicaron a la “patrona de México”.La diferencia es que el servicio de Sergio fue de cuerpo presente, ya que él era de Chicago.El padre Brendan Curran, párroco de San Pío, ofició ambos servicios.En la misa de Rivera, frente al altar, en el coro de la iglesia, se apreciaba un gigantesco póster de la cantante, con la imagen que sirviera de promoción para la segunda temporada de su reality “I Love Jenni” (Mun2) donde se le ve ataviada con un vestido negro de lentejuelas, con un micrófono antiguo en su mano derecha y sonriendo.En su sermón de la misa en honor a Rivera, Curran tomó como referencia el título del que fue el último disco que grabó Rivera en vida, “Joyas prestadas”, para referirse a la cantante.”Una de nuestras joyas ya se fue, pero Jenni Rivera era nuestra joya prestada de Dios”, dijo.Se refirió entonces a aquellos que escuchan sus canciones y que prestan atención a las letras. Habló de cómo la música, de cualquier artista, puede ser de inspiración y de ayuda para encontrar el equilibrio.”Nuestra joya (Rivera) nos inspiró. Somos bendecidos porque fuimos parte de su viaje y aunque muchos no la conocimos en persona, nos sentimos inspirados por sus canciones”, remarcó.El fenómeno que ocurre tras la muerte de un cantante del género grupero o popular, provoca demostraciones únicas que no despiertan otras figuras.Algunos lo critican, pero en opinión del padre Curran, son demostraciones de lo que ese artista logró: una conexión con su público.”Son casos únicos. Quienes los escuchan se sienten identificados con sus historias, con sus canciones. Es algo que sucede y que nace de manera espontánea”, comentó.Jenni Rivera no profesaba la fe católica. Era cristiana. Su familia también lo es. Su hermano Pedro Rivera es pastor cristiano (incluso fue él quien ofició el matrimonio de la cantante con el beisbolista Esteban Loaiza). Pero eso no es impedimento para celebrarle misas religiosas.”Supe que Rivera era una mujer de fe”, agregó Curran.Al término de la ceremonia religiosa, el póster de Jenni Rivera fue bajado del coro y llevado a los pies del altar. Ahí, sus fanáticos lo firmaron dejando un recuerdo a la familia de la cantante.”¡Arriba las malandrinas!”, “Te queremos para siempre”, “I Love You, Jenni!”, “Que en paz descanse”, fueron algunos de los mensajes.Ese póster será entregado a la familia Rivera por los locutores de la estación radial La Ley 107.9 FM, que organizaron la homilía.