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CHICAGO-

Si vieron los Grammy Latino 2013 coincidirán que, por algunos momentos, la entrega de los premios estuvo repetida y monótona, demasiado escrita.

Pero, tuvo sus destellos y chispas. Algunas buenas, otras no tanto.

Estos son los momentos que hicieron la noche (para bien o para mal).

¿Eres tú, Lucerito?

BIEN:

Con tremendo escotazo Lucero reivindicó el atractivo de las cuarentonas y maduritas. Este vestido de Nicolás Felizola y el palazzo que lució al cierre de la premiación, hicieron que cualquiera que la viera, estuviera muy atento. ¿Demasiado destapada o lo normal?

Tres…no es buena combinación

MAL:

El trío de conductores. La química fue inexistente entre Blanca Soto, Omar Chaparro y Lucero. Preferible la mancuerna Lucero-Eugenio Derbez. ¡Oígame sí!

Marc Anthony a toda vida

BIEN:

Marc Anthony al cantar el tema “Vivir mi vida”, fue el primer gran número musical de la noche y el que recibió la ovación de pie. Luego Marc ganó el premio a Grabación del Año.

¿Y qué pasa con Charo?

MAL:

Luego del numerito de Omar Chaparro buscando supuestamente a Ninel Conde por todo Las Vegas para encontrarla en el escenario, lo más bizarro no fue que algunas de las bromas de Chaparro no se entendieron, fue el remate de ver a Charo perseguirlo a él para hacerle un gesto muy sexual en el escenario. Dada la edad de Charo y la de Chaparro, resultó como dicen por aquí “Akward”.

Ricky Martin con quien lo pongan

BIEN (MUY BIEN):

Ricky Martin fue el rey de la noche. Primero, por su dueto en “Más y más”, con

Draco Rosa,

merecidísimo ganador del Grammy Latino al “Album del Año por “Vida” y posteriormente, con Miguel Bosé cantando “Bambú”. Las tablas de los grandes, se notan.

La persona del año

BIEN:

Articulado, preciso y certero en su discurso de aceptación del premio Persona del Año, el español Miguel Bosé fue el festejado de la noche. Se le rindió ese tributo al nombre y apellido, como él lo definió. Miguel, el individuo preocupado por causas sociales y Bosé, el artista.

LO DESPERDICIADO:

Carlos Santana, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas y Alex Cuba.

LO QUE SOBRÓ:

Wisin y Yandel. Son buenos, pero con un sólo número de ellos como dueto, era suficiente en lugar de el dueto, Wisin solo y Yandel solo.

LO QUE FALTÓ:

Un poco más de música regional mexicana, una buena interpretación de Mariachi, para evitar que lo describan como

el periodista Gustavo Arellano, que el Grammy Latino sea “la mayor farsa” anti-mexicanos de EEUU.

EL GRAN CONFLICTO:

Que tanto el Grammy Latino, Premios Lo Nuestro, Premios Juventud, Premios Tv y Novelas (aunque se realizan en México) -e incluso los Billboard Latinos y los Billboard a la Música Regional Mexicana, aunque ahí el talento y presentadores son de Telemundo- parecen lo mismo. Adolecen de lo mismos intérpretes. No hay novedad, vaya. Hasta las bromas en los guiones de los presentadores parecen lo mismo.

La fórmula parece estar desgastada. Habría que plantearse si son necesarios tantas transmisiones de premios, porque en lugar de hacer los Grammy Latinos importantes al igual que otros premios, les restan importancia. Claro, la producción de televisión es fenomenal. Pero hace falta un cambio, un replanteamiento.