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CHICAGO- La estrecha calle neoyorquina de Wall Street, ubicada en el bajo Manhattan enNueva York, es también el término que hace referencia al mercado financiero estadounidense, en donde se define la suerte económica de un país, y donde las apuestas no son siempre las más sinceras.

En “The Wolf of Wall Street”, filme del director Martin Scorsese, Wall Street es el escenario de excesos, permisibilidad, derroche, extravagancias. Una especie de imperio romano donde todo está permitido y donde el emperador es Jordan Belfort, en la piel de Leonardo DiCaprio. Basada en una historia real, es el libro de memorias escrito por el Belfort de carne y hueso. Belfort es un “clasemediero” estadounidense con ambiciones. Quiere ser agente de bolsa y quiere ser millonario. Era la década de los 90 y el dinero era constante y sonante.

Los llamados “bonos basura” son de baja calidad crediticia para quien los compra pero de mucho valor para el agente que supuestamente los vende.

Las prácticas y procedimientos son ilegales, pero venden la esperanza de prosperidad. Belfort encuentra pronto un nicho al que le puede vender esa esperanza: Esos mismos clasemedieros a los que él pertenece, los que como él, aspiran a una vida mejor y esperan enriquecerse. Carecen de su visión y olfato. Y de eso se aprovechará. Él vivirá el sueño de ellos. Será rico por ellos.

En una rueda de prensa de promoción del filme, DiCaprio, quien es además productor del filme, lo describió como “un reflejo de todo lo que está mal en la sociedad (…) una descripción de los tiempos en que vivimos”, reporta EFE.

El Belfort de Scorsese es un animal voraz, amante del exceso, de las drogas y la promiscuidad. Tiene dinero y poder.

Pronto, Jordan se arma un equipo de trabajadores que lo ven como un modelo a seguir, y que se enriquecerán como él, convirtiéndose en la personificación del sueño americano.

“The Wolf of Wall Street” tiene ya dos nominaciones a los Golden Globe, en las categorías de Mejor Comedia y de Mejor Actor de Comedia.

Pero esta no es una comedia, es más un drama cínico. Por sus fuertes escenas -necesarias para contar la historia real y cínica- está clasificada como “R”, por su lenguaje fuerte y sus escenas de desnudez explícita. Sí, Leonardo sale parcialmente desnudo, al igual que Hill y la actriz Margot Robbie.

DiCaprio mencionó que no se guardaron nada, incluso algunos caprichos y escenas más extravagantes se quedaron cortos comparado con lo que le contó el verdadero Belfort y que decidió no incluir en la autobiografía.

Por su parte, Scorsese comentó que en el filme encontró la forma de enfocar el material con otra perspectiva respecto a otras películas, dejando que los personajes sean los que lleven el peso de la narrativa.

El segundo actor en el que cae mucha parte de la narrativa en la historia es Jonah Hill como Donnie Azoff, el segundo en comando en la empresa de Belfort y quien comparte una ambición tan desmedida como la de su amigo.

Las locuras de los ambiciosos serán las que te hagan disfrutar la película, ver hasta qué grado puede llegar la decadencia de su ambición, y ver cómo cerraban la mayoría de sus tratos y acciones totalmente drogados. Nada era más importante que la satisfacción personal. El sentirse invencibles. Hasta que les llega su cita con la justicia.

“The Wolf of Wall Street” es la quinta colaboración entre Scorsese y DiCaprio. Y posiblemente sea uno de los filmes nominados al Oscar, ya sea por su vestuario, su banda sonora, la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto o, claro, el peso de Scorsese y DiCaprio.

Completan el reparto: Jean Dujardin, ganador del Oscar en 2012 por “The Artist”, Rob Reiner, Kyle Chandler y P.J. Byrne.

Momentos memorables: La escena de Matthew McConaughey como Mark Hanna, el mentor de Belfort y cuando Jordan, ya en su juicio, tiene sus “flashback” de las locuras que cometió estando bajo el efecto de las drogas.

Todo en nombre de que EEUU es “la tierra de las oportunidades”…¿sin importar los medios?