CHICAGO- Si el objetivo de las ceremonias de premios son, además de reconocer a los artistas, sorprender a los televidentes, cibernautas y seguidores de la música a nivel mundial, podemos decir que, la 56a edición de los premios Grammy lo lograron. Y no sólo eso, lo hicieron de manera excelente.Dejando a un lado los modelitos y numeritos extravagantes desde la alfombra roja, como Lady Gaga entrando en huevo en 2011 o en 2013 cuando algunas osadas les valió un comino el código de vestuario impuesto por CBS y se atrevieron a enseñar más de la cuenta, y sin pecar de anticuados o tradicionales, esta premiación hizo una diferencia.Y dejó claro que más allá del circo que se puede suscitar en un espectáculo, lo importante era dar un espectáculo de calidad, con buena música.Es difícil catalogar qué actuación fue la más sorprendente pero cautivó y bien, Robin Thicke con Chicago. Después de su numerazo con Miley Cyrus en los MTV Music Awards en agosto del año pasado, Robin demostró otro nivel, sin necesidad de ser tan explícito como Miley.Otros: Claro, la reunión de los dos Beatles Paul McCartney y Ringo Starr; Willie Nelson y Kris Kristofferson; Metallica; Nine Inch Nails y Queens of the Stone Age, Maklemore, Daft Punk con Stevie Wonder y por supuesto: Pink y sus acrobacias.