CHICAGO – Tres hombres, una mujer. Dos mexicanos, un mexicoamericano y un uruguayo, todos directores noveles, compartieron en conversación lo que es su experiencia como cineastas independientes.
Hablaron de sus logros y retos, y lo que, a pesar de las nuevas tecnologías, continúa como lo relevante a la hora de contar una historia en cine desde la perspectiva independiente: Contar una historia que tenga una relevancia y conexión con el otro, la audiencia.
Natalia Beristáin (No quiero dormir sola , México); Miguel Nuñez (Levantamuertos, México); Guillermo Rocamora (Solo, Uruguay) y Diego A. Rico (Don de Voz, EEUU), formaron parte de esta conversación de mesa que comenzó hablando de sus filmes hasta desarrollarse a hablar sobre quién es la audiencia, qué quieren y qué buscan ellos como cineastas.
Natalia Beristain y Miguel Núñez están además nominados con éstas, sus óperas primas que presentan en el festival, a la 56 entrega de los Premios Ariel, que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, a realizarse el próximo 27 de mayo en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
“No quiero dormir sola” de Beristáin está nominada en cinco categorías: Mejor Película, Mejor Ópera Prima, Mejor Actriz -Gabriela Roel-, Mejor Coactuación Femenina -Mariana Gajá- y Mejor Guión Original.
“Levantamuertos” de Núñez está nominado en la categoría Mejor Guión Adaptado.
Por las nominaciones al Ariel, Beristáin dijo haberse sentido sorprendida. “No esperábamos que una película tan chiquita, íntima, independiente, de pronto tuviera cabida en este tipo de premiaciones”, destacó que la directora, detallando que la película está inspirada un poco en la relación que sostiene con su abuela.
“Levantamuertos” de Núñez, se filmó en Mexicali, Baja California, se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y es una comedia negra que tiene como protagonista a Iván, un recogedor de cadáveres que en su soledad, primero se lía con una joven que gusta de las relaciones sadomasoquistas y luego adopta como mascota a un cerdo.
“Solo” de Guillermo Rocamora, cuenta la historia de Nelson, un trompetistas de la banda de la Fuerza Aérea Uruguaya, que se enfrenta a una crisis de vida
Diego A. Rico, de El Paso, Texas, presentó “Don de Voz”, un cortometraje que narra la historia de un joven mexicanoamericano que trata de aprender español para que una chica mexicana se enamore de él.
Nuevas tecnologías en el cine
La manera de filmar, depende de su realizador. Si bien la tecnología digital ha ayudado al proceso, no lo es todo.
“El no tener que filmar, no pasar por la película, reduce los costos a la hora de la producción enormemente, en nuestro caso fue lo que permitió que la película se hiciera. Estuvimos buscando financiamiento, no encontramos a nadie que quisiera arriesgarse. Decidí hacerla como pude y el filmar en digital me dio esas libertades. Para producir es más barato no filmar pero para la postproducción, los precios se emparejan. Es así, surgen nuevos modelos, uno se va inventando nuevos modelos”, comentó Beristáin.
En el lado contrario está Guillermo Rocamora que filmó película súper 16 mm. “Fue una decisión artística, nos interesaba el formato fílmico. Ya lo había hecho en mis dos cortos anteriores. Teníamos la plata que alcanzaba para filmar y sabíamos que con eso tendríamos la imagen que queríamos, que no sería necesaria una postproducción tan pesada. (El formato digital) facilita a la hora de distribuir y enviar el filme a festivales”, recalcó.
Diego A. Rico, a diferencia de los otros tres cineastas, no estudió cine, por lo que las nuevas tecnologías fueron su educación y base en su cortometraje. “Son plataformas que te abren nuevas puertas, pero es la audiencia la que está interesada por las historias. Aunque las plataformas cambien, lo relevante es contar una historia”.
Por su parte, Miguel Núñez habló de las ventajas del formato digital en todos los procesos de realización de su filme y más, que son una verdadera ayuda para productores y cineastas independientes como ellos.
Filmar en digital sí crea más oportunidad y más competencia. “Nos toca esa responsabilidad de hacer las cosas bien, a nosotros como cineastas independientes, nos toca presentar cuentos e historias diferentes”, resaltó Diego A. Rico.
Los cuatro directores dudaron al preguntarles si se puede vivir del cine independiente. No todavía. Por eso abogan por espacios. “Nos toca pelear por espacios como éste festival u otros de cine alternativo (para presentar sus filmes). Hay suficiente mercado (para el cine de corte comercial) pero nuestro mercado es otro”, afirmó Beristáin.
Guillermo Rocamora dijo que lo importante es hacer que sus filmes emocionen al público y que conecten con la audiencia.