CHICAGO – “Se trata de unir la música al movimiento ecológico, y mejorar y explorar nuestra comunicación con el mundo natural, que creo es lo que ahora necesita la humanidad”, afirma con gran entusiasmo Rafa Kotcherha, músico y productor chicagoense.
Por teléfono desde Barcelona, Kotcherha describe Wapapura, proyecto internacional eco-musical que nace formalmente en el 2007 y utiliza el poder del sol para generar energía y poder grabar y compartir la música en espacios naturales.
Hijo de padre ucraniano y madre española, hoy día Kotcherha divide su tiempo entre Chicago, Granada, España, y varias otras ciudades. Cuenta que la idea del proyecto de Wapapura nació hace veinte años en la época en la que vivió en Ecuador. Allí empezó a pensar cómo unir experiencias musicales como como las de Chicago con paisajes naturales de gran belleza, “¡La música me había ayudado a sobrevivir los inviernos de Chicago! Y había visto el poder asombroso de la música, especialmente como herramienta de conexión y comunicación y consciencia”.
Explica que además, en Ecuador, aprendió que los indígenas locales usaban la música para ofrecerle gracias al planeta, y quería que su proyecto tuviera también ese elemento, “…el concepto básico siempre ha sido usar la música para mejorar nuestra relación con el planeta en el que vivimos. Como en toda relación, una ruptura normalmente tiene que ver con dejar de escuchar y con poca comunicación. Definitivamente es el caso con los humanos y la tierra. Hemos perdido la habilidad de escucharla y de comunicarnos de manera positiva con ella”.
El proyecto se había quedado en mera idea hasta que encontró Kotcherha la solución de hacer uso de la energía solar. Primero, comenzó aprovechando la energía solar para crear un estudio de grabación para que músicos grabaran en ambientes naturales. En el 2007, la primera grabación que realizó el proyecto Wapapura fue con el maestro jazzista compositor y cornetista chicagoense Rob Mazurek y el compositor y multiinstrumentista Guilherme Granado en el sur de España.
La más reciente grabación del proyecto Wapapura, Copoazú, fue grabada en Colombia, con la participación de Hombre de Barro, tres extraordinarios músicos colombianos y la colaboración de músicos indígenas. Cuenta Kotcherha que la grabación fue toda una hazaña y una producción muy difícil con momentos de gran adversidad pues grabar en la jungla implicó aparte de un viaje arduo lidiar con una invasión de termitas y la visita de un jaguar.
Como todas las grabaciones de Wapapura, explica Kotcherha que Copoazú crea alianza con un proyecto ecológico. En este último caso, la grabación se hizo en colaboración con la Fundación Raíces Vivas de Bogotá, que apoya comunidades de las amazonas a través de interacciones entre artistas de la ciudad y artistas de la jungla.
Hace un par de años, Wapapura entró en otra etapa, en la que se añadió al estudio de grabación un sistema de sonido. Se han llevado a cabo populares eventos de DJ y baile en el sur de España y el año pasado en Colombia se realizó el primer el primer concierto potenciado por la energía solar con la participación de Conector, proyecto musical de Héctor Buitrago de Aterciopelados, quien también es activista dedicado al trabajo ambiental en ese país.
Actualmente, Wapapura tiene un sistema completamente portátil y han grabado seis álbumes, lanzados a través de un sitio web. En estos días, Wapapura entra en aún otro momento de evolución, modificando la tecnología solar para transmitir eventos en vivo a través del internet. Ya están programados los primeros días de mayo un evento con tres reconocidos DJ’s en el Sacromonte de Granada, España y otro evento con el DJ argentino Chancha Via Circuito en los Jardines Botánicos de Madrid. Ambos conciertos serán transmitidos por internet a nivel global a través de satélite.
De esta manera, dice Kotcherha que Wapapura cumple su cometido plenamente, ya que crea momentos musicales en ambientes naturales y además usa la música como una ventana para conectar a la gente con ambientes bellos y lejanos, “¡Usaremos el poder del sol para conectar a los humanos con el planeta a través de la música, y recordar a través de ese arte, que somos todos hijos de la tierra”!.