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CHICAGO – En persona y abajo del escenario, cubierta por un abrigo negro, “El bombón asesino” no da señales de esa imagen de símbolo sexual que la acompañado en su carrera artística.

Tras perfecto maquillaje, las espesas y cuidadosamente colocadas pestañas postizas que adornan su mirada, se ve a una mujer joven de un rostro de unas facciones casi infantiles, quizá, con algunos retoques. Se le ve sencilla. Ninel Conde, frente a frente es otra.

La vez anterior que la vi en Chicago fue en 2003, en un jaripeo de Joan Sebastian y del hijo de éste, José Manuel Figueroa, con quien entonces Ninel sostenía una relación

Muchas cosas han pasado desde entonces en su vida profesional y en su carrera.

Tras la presentación la noche del domingo, se ve cansada. Quizá porque su viaje a la ciudad fue relámpago para presentarse en el certamen “Miss Diosa 2014”, el domingo, del que fue madrina, cantó algunos temas y fue coronada reina de la comunidad gay de Chicago.

Un poco nerviosa, también en el escenario. Ha pasado por uno de esos momentos difíciles de su carrera donde no han faltado los escándalos.

Creados o no, malentendidos o no, no es inmune a ellos, pero no voltea hacia atrás.

Sigue con su vida y carrera. “El bombón”, como todos los artistas saben que por ley del oficio, “el show debe continuar”.

Por eso mismo, no estaba muy receptiva a dar entrevistas. Tampoco tenía mucho tiempo. Dio dos. Ambas breves, de escasos minutos. Una, a David Miranda, corresponsal de “El Gordo y la Flaca” (Univision) donde contó que en México ya la habían coronado “Reina de la comunidad gay”, pero nunca en EEUU.

“Me había tardado en venir pero no me habían dado mi súper corona -responde a Miranda mientras se acomoda la cierto, “súper corona” que lleva en la cabeza- así que la agrego a la colección”.

Para la actriz es un “honor” ser considerada modelo o hasta ícono de la comunidad gay, que la imiten, que le rindan homenaje. Respeta a la comunidad. “Es un privilegio que me tomen en cuenta, que ensayen mis canciones y se sepan las coreografías”.

La segunda entrevista fue la que concedió a Hoy. Fuera de cámara, a sólo grabadora. Mientras la primera se dio a unos escasos pasos del escenario del Olympic Theatre, Ninel dijo que sí la daría, pero abajo del escenario, por el pasillo de entrada.

Ya en la puerta que del recinto daba a ese pasillo, había sido abierta varias veces por los fanáticos que buscaban tomarse una foto con ella antes de que partiera. Antes de su actuación y coronación, unos cuantos se retrataron con ella, como la diva drag Paola Bracho, quien además le regaló un bolso Yves Saint Laurent, como la propia Ninel dejó constancia en su cuenta de Instagram.

“Ciérrale ya, por fa”, pide amablemente a un integrante de su equipo, mientras sostiene en la mano izquierda una botella de agua purificada que bebe en pequeños tragos de cuando en cuando a su bajada del escenario, donde se había retratado con las participantes de Miss Diosa 2014, con otros íconos de la comunidad drag y del transformismo local, así como con adolescentes participantes del certamen Miss Juventud, las mismas que horas antes le habían dado la bienvenida a su llegada a Chicago, justo en el aeropuerto.

Me pide amablemente, que me apure. Se tiene que ir. Le respondo que no problema.

“¿Cómo te sentiste en Chicago?”, le pregunto.

“Muy contenta, muy agradecida con el público, la verdad es que me brindaron mucho cariño y eso es satisfactorio y gratificante. Y pues bueno, fue sorpresa que me coronaran (reina de la comunidad gay) y eso es un plus para mí”.

“¿Qué busca Ninel Conde en su carrera, cómo te encuentras?”, cuestiono.

“El cariño de mi público que eso es lo que estoy teniendo, con nuevos proyectos, nuevas cosas y agradecida con Dios por tantas bendiciones”.

“Una obra de teatro de José José titulada “Amar y querer”, producida por su hijo José Joel y mi disco con banda, un par de canciones del señor José José y mis presentaciones”, concluyó para agradecer y marcharse, con corona puesta.