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CHICAGO- Pasa de las diez de la mañana del 17 de junio en el Millennium Park y el griterío y chapoteo proveniente de la Crown Fountain, reina en el lugar.

Niños y no tanto, celebran por fin el buen clima en la ciudad ante esa obra de arte que se ha convertido en la última década en uno de los atractivos más divertidos.

Al este de la Crown Fountain, en la galería South Boening, su creador, el artista y escultor español Jaume Plensa camina cerca de las tres gigantes esculturas de 20 a 23 pies de altura -retratos de jóvenes llamadas Laura, Paula e Inés- que se han instalado en el parque para celebrar la década del Millennium Park y de Crown Fountain.

Plensa, inmerso en la estampa que observa a distancia de lo que sucede en la Crown, sonríe con una mezcla de alegría, complicidad y logro.

“Es una obra utópica y continúa siéndolo, porque muchas veces el mundo del arte ha olvidado a la gente, nos hemos encerrado en nosotros mismos apartándonos de la sociedad. El arte sólo tiene sentido en la sociedad y para ella”, comentó a HOY.

Plensa es uno de los escultores más reconocidos a nivel mundial. Sus creaciones y proyectos de esculturas a gran escala se aprecian en ciudades como Dubai, Londres, Tokio, Toronto y Vancouver.

Para celebrar la década de Crown Fountain es que Plensa regresó a Chicago a montar la exposición “1004 Portraits”, que consta de los mil retratos en tecnología LED que se proyectan en la Crown Fountain, y que completan las cuatro esculturas gigantes, Laura, Paula e Inés y la cuarta, “Look in My Dreams Awilda”, hecha de resina, de 39 pies de alto y localizada en la entrada del parque, entre Michigan Ave. y Madison St.

La ubicación de Awilda, su color blanco y su expresión en ojos cerrados, invitan a la calma, serenidad y sosiego. Laura, Paula e Inés también tienen el mismo semblante. Ofrecen, dentro del bullicio, momentos de reflexión.

Eso es lo que busca Plensa, comunicar por medio del arte. Ayudar a que el ser humano encuentre en él un balance.

“El arte es un espacio maravilloso para eso, es sólo un espejo donde nos reflejamos todos. Muchas de mis esculturas son sólo una excusa, una tela en blanco donde el espectador tiene que pintar su cuadro, tiene que acabar la obra. (Como artista) simplemente provoco un pequeño movimiento para que lo continúe, ese es el arte en verdad. Dejar que el otro crezca, no imponer una obligación o responsabilidad. Creas un lugar donde el otro puede crecer”, destacó.

Esa metáfora llamada Crown

El artista define a Crown Fountain como una metáfora de cómo la gente puede aprovechar el arte sin darse cuenta.

“Y cuando se dan cuenta, ya es tarde porque forman parte de él. En Crown Fountain, arte y sociedad se han fundido en uno”, destacó.

El artista recordó que la noche anterior a la apertura de la pieza, decidió quitar las rejas que la cercaban. En ese momento comenzaron a acercarse los niños a ella y jugar. Haciéndose en ese momento, de la gente de Chicago.

Awilda, Laura, Paula e Inés estarán en exhibición en el Millennium Park hasta diciembre de 2015, como testigos de la celebración del festejo del parque.

Lo que busca Plensa es dar espacios, públicos y privados, para crear e inspirar.

“El arte es, no sólo para un artista sino para todo el mundo, un camino al conocimiento, a través del sueño”.