CHICAGO-
El fin de una era y el comienzo de algo nuevo en los ciclos de la danza y vida de Frank Chaves, terminó con una ovación de pie cuando cayó el telón la noche del 3 de octubre en el Auditorium Theatre.
Los 23 años que Chaves dedicó a la compañía River North Dance Chicago como su director artístico dejan una marca, un legado indeleble.
El programa de lo que más que una despedida para Chaves fue una gran celebración, compaginó una presentación de videos de sus inicios al frente de la compañía, palabras de admiración de su equipo más cercano, vitoreos del público y lágrimas de esas que despiertan las emociones de la danza.
Esa noche, era una triple despedida ya que también marcó el retiro de dos bailarinas de la compañía: Jessica Wolfrum, que estuvo en las filas de RNDC durante 14 años, y Lauren Kias, que permaneció una década.
Al lado derecho del escenario, siempre atento, Frank Chaves observaba. Mantenía la compostura en el Auditorium donde todos los asistentes parecían presos de la emoción de la danza, de lo agridulce de esos momentos.
El programa comenzó con la coreografía “Love Will Follow”, de Chaves, con la que manifiesta dos de las razones favoritas por las que ama la danza: Su elegancia y romance, al estilo de los bailes de salón.
“Beat”, coreografía de Ashley Roland, es una danza que celebra la improvisación del movimiento, creando un espectáculo del instinto.
“A mi manera”, una interpretación al estilo flamenco del clásico de Frank Sinatra en voz de los Gipsy Kings, nos presentó tres estilos de coreografía y tras una breve pausa, llegaría “Renatus”, la pieza con la que Jessica Wolfrum tuvo su gran despedida.
Con movimientos que hechizan, “Renatus”, habla de la transformación, como cuando la oruga se transforma en mariposa o las niñas en mujeres, o el mismo ciclo de la vida. Wolfrum la sufrió, la gozó y se transformó en el escenario.
También se presentó otra coreografía clave de Chaves, “Temporal Trance”, que creó en 1998 tras la muerte de su madre, es su interpretación de lo que hay tras la muerte, la manera en que sorteó su dolor por la pérdida.
Lauren Kias se despidió con “The Man That Got Away”, coreografía de Sherry Zunker, que narra cómo una mujer sufre y se humilla por amor. Hace lo imposible para mantener la atención del hombre que ama, quien distante y altivo, la rechaza.
El cierre sería con “Habaneras, the Music of Cuba” (2005), el canto y celebración de Frank a la tierra de sus padres, de sus antepasados. Acompañados los movimientos por música de Ernesto Lecuona -“La comparsa”, “Gitanerías”, “Andalucía”- y “La era está pariendo un corazón” de Silvio Rodríguez con la voz de Omara Portuondo, nos decía eso, que ahí los bailarines estaban dejando el corazón, por Frank Chaves, por RNDC.
En sus palabras y movimientos
El retiro de Frank la dirección de RNDC se da luego de que por más de 10 años, ha lidiado con siringomielia, una condición que degenera la médula espinal debido a la formación de un área llena de líquido dentro de la misma médula.
Durante el último año, dirigió la compañía desde su silla de ruedas. “Todavía soy capaz de bailar. Cierro los ojos y danzo en mi mente y en mi corazón, (todavía) puedo traducir eso a otros cuerpos. (Bailar) es una de mis cosas favoritas en el mundo, es un regalo y me siento afortunado de poder hacer esto”, comentó en entrevista a HOY.
Su pasión, amor quedan en las venas de RNDC. Reconoció que, tras el cierre de ese capítulo en su vida, lo que más le asustaba era que, tras 36 años de su vida donde cada día estuvo en un estudio de danza, darle la vuelta a la hoja era un poco difícil.
“Pero es parte de mi travesía. Espero haber dejado mi marca (en RNDC). En estos 23 años actuando en Chicago, sé que he emocionado a tanta gente y eso para mí no tiene precio, espero que no se desvanezca pronto, ese es mi legado”, resaltó.
Al término del programa, Chaves subió al escenario, donde se le ovacionó, se le celebró, por haber hecho de su paso por RNDC un legado a su manera, que tuvo sangre, sudor y lágrimas y sobre todo, mucho corazón.
Te puede interesar: