Skip to content
Un hombre usa una máscara de unicornio durante el festival Hell & Heaven 2016 de música metalera en Ciudad de México, el sábado 23 de julio de 2016. (AP Foto/Christian Palma)
Christian Palma / AP
Un hombre usa una máscara de unicornio durante el festival Hell & Heaven 2016 de música metalera en Ciudad de México, el sábado 23 de julio de 2016. (AP Foto/Christian Palma)
PUBLISHED: | UPDATED:

CIUDAD DE MEXICO (AP) – La despedida de los escenarios de la veterana agrupación de glam metal Twisted Sister y el poder de la máquina de rock industrial Rammstein protagonizaron el sábado el cierre del Festival Hell & Heaven, cuya quinta edición reunió a unas 80.000 personas en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la capital mexicana.

Cuatro décadas de historia de la banda neoyorquina comandada por el cantante Dee Snider quedaron resumidas en 75 minutos que duró el espectáculo de Twisted Sister, ocasión en la que el carismático vocalista aprovechó para mostrar su rechazo al candidato republicano por la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.

“¡Viva México! ¡Al diablo Donald Trump!”, lanzó Snider a la eufórica multitud mientras sostenía una bandera tricolor mexicana.

El cantante de 61 años pidió recientemente al magnate y político estadounidense no usar la canción más conocida de Twisted Sister, “We’re Not Gonna Take It”, en su campaña política por considerar que no hay empatía con algunos puntos de su ideología.

“Este es nuestro adiós. 40 años después, Twisted Sister se retira, no como The Scorpions u Ozzy Osbourne, no más giras, amigos. ¡Esto es el adiós!”, dijo Snider al público que rindió culto al género musical de los potentes riffs, las voces guturales y la vestimenta oscura en una maratónica jornada que duró poco más de 12 horas.

Después de seis años desde su última visita, Rammstein regresó a la Ciudad de México para reiterar su poder de convocatoria entre los amantes del metal. La actuación de los alemanes fue una de las más celebradas de la velada, cuando la agrupación liderada por el vocalista Til Lindemann interpretó canciones como “Ramm 4”, “Hallelujah”, “Seemann”, “Ich will”, “Du hast” y un cover a la canción de Depeche Mode, “Stripped”.

El metal latinoamericano fue uno de los grandes estelares con la agrupación brasileña Sepultura a la cabeza, que llegó al Hell & Heaven para festejar con sus seguidores 30 años de vida, y dos décadas del lanzamiento de “Roots”, uno de sus álbumes más representativos, y que resultó de un viaje a las entrañas de la selva amazónica en la década de 1990.

El conjunto que integran el vocalista Derrick Green, el guitarrista Andreas Kisser, el bajista Paulo Jr. y el baterista Eloy Casagrande hizo que cientos de personas, reunidas alrededor de uno de los cinco escenarios, agitaran la cabeza al ritmo de canciones como “Troops of Doom”, “Slave New World”, “Arise”, “Roots” y el primer corte del disco que el grupo lanzará en 2017, “I am the enemy”.

El trío argentino A.N.I.M.A.L., las mexicanas Transmetal, Tanus y Here Comes the Kraken, y las colombianas Julian’s Fire. Supremacy y Koyi K Utho formaron parte de la selección de propuestas latinas del festival, que también incluyó en su cartel a las bandas anglo Fear Factory, P.O.D., Behemetoh, Epica y Suicidal Tendencies, que llegó con un espectáculo especial acompañado por el ex baterista de Slayer, Dave Lombardo.

Otro de los momentos más esperados llegó con la participación de la banda sueca Ghost. El Papa Emeritus III y sus compañeros de identidad oculta, y que juntos dan vida a un ente llamado Nameless Ghouls, sedujeron a miles de personas con su propuesta de doom metal.

Erick Jerkins, un joven de 30 años, viajó desde Costa Rica para ser testigo del poder en vivo Ghost.

“Vengo con un grupo de unas 60 personas que viajamos desde Costa Rica a México, todos amantes del metal. Vengo especialmente a ver a Ghost, prácticamente por esa banda estoy hoy aquí”, dijo el tico a The Associated Press, en una breve entrevista.

Jerkins asistió por tercera vez al festival, que por segunda ocasión se realizó en la Ciudad de México. Anteriormente había viajado de la capital costarricense a Guadalajara, ciudad donde se fundó el Hell & Heaven en 2011 y en la que se realizaron sus primeras tres ediciones.

El festival cambió su sede de Guadalajara a la capital mexicana en 2014, luego de la polémica en la que se envió envuelto cuando, en el deseo de los organizadores por trasladar el festín a un terreno del Estado de México, vecino a la capital mexicana, las autoridades locales decidieron cancelarlo dos días antes de su realización, en marzo de ese año.

Los organizadores sospecharon que detrás de la suspensión pudo haber motivos políticos, de corrupción e incluso discriminación. Finalmente, el festival metalero pudo realizarse en octubre de 2014, cuando la empresa Live Talent se alió con Ocesa.

El Festival Hell & Heaven es considerado el encuentro metalero más importante de Latinoamérica, crédito que comparte con el colombiano Rock al Parque que, a diferencia del mexicano, es gratuito.