CHICAGO_
Estará a sólo dos años de cumplir los 50, no será la veinteañera provocadora de los calendarios y las medias rotas, pero Gloria Trevi sí que es una maestra del encanto y la seducción.
De nuevo lo volvió a demostrar con su regreso a Chicago la noche del 8 de octubre como parte de su gira mundial “El Amor”, la misma con la que vino en diciembre del año pasado.
El espectáculo y las canciones son casi los mismos pero la Trevi siempre encuentra la manera de despertar las emociones del público al que incita y provoca con un gesto, un guiño, una palabra, una sonrisa, una actitud desenfadada o de diva, seduciendo con sus armas femeninas.
Por ratos se le ve actuando en personaje como su álter ego machista, el Mr. Trevi, y por otros, siendo la Gloria que el público quiere que sea.
Lo hace compartiendo una vivencia, haciendo su “Recuento de los daños”, o simplemente trayendo al escenario a esa de los inicios de su carrera, la del “Pelo suelto” o la que decía que ya era tiempo de ir con el “Doctor Psiquiatra”.
La mexicana, como muchas figuras públicas, se manifestó sobre el candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump al que le dedicó el popurrí de los temas “Los borregos”, “Zapatos viejos” “La papa sin catsup” y “Doctor Psiquiatra”, que son la “raíz de su amor” con su público.
“No estamos para odio, lo vamos a perdonar, pero no lo vamos a dejar ganar porque el mundo no está para hacer muros, está para hacer puentes. Todos lo que estamos aquí no tenemos nada de borregos, por eso salimos para buscar una vida mejor para los que están aquí y los que están allá (en México)”, dijo.
Casi al final de su concierto y antes de cantar “Todos me miran”, revivió parte de su historia.
“Hace poquito mas de 12 años recuperé mi libertad, y ha sido un camino largo llegar hasta aquí contigo esta noche y lo que falta. Y quiero decirle a toda esa gente que me humilló, que me vio en el piso y me pisó, que sin conocerme me juzgó y me condenó, solamente una palabra: la misma palabra que tengo par todos aquellos que pusieron su hombro para llorar y tuvieron compasión de mí, esa palabra es gracias (…). Porque gracias a todo, soy más cabrona que lo que era”, dijo.
Y Porque la Trevi no vive de glorias ni de infiernos pasados, sólo los evoca.
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