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GUANAJUATO, México (AP) – La Plaza de San Fernando, en el corazón de la capital guanajuatense, se convirtió por una tarde en una pista que recreó aquellas interminables veladas en el Palacio de Versalles, donde el rey Luis XIV “El Rey Sol” rendía culto al arte de la danza.

Pero a diferencia de esas ceremonias reales, propias de las jerarquías europeas que regían entre 1643 y 1800, en esta versión moderna que la compañía francesa Beaux-Champs presentó el jueves en el Festival Internacional Cervantino, las lujosas telas, los bordados, la incrustación de joyas, los zapatos de piel fina y los sombreros con plumas de aves exóticas fueron reemplazados por pantalones vaqueros, vestidos ligeros y cortos, y zapatillas deportivas.

Todo ello a fin de que el centenar de personas que participaron en el montaje de “Baroc’ Bal” se sintieran lo suficientemente cómodas como para caminar de puntitas, dar pequeños saltos y girar con elegancia para emular las danzas barrocas del siglo XVII.

Como si se tratara de una condesa trasladada al siglo XXI, una joven de cabello azulado y una argolla dorada en la nariz ejecutó con absoluta delicadeza las reverencias y los pasos de baile con los que el anfitrión, el joven director y bailarín Bruno Benne, y la bailarina Adeline Lerme guiaron a la audiencia reunida en la plazuela, que pronto se convirtió en una inédita pista moderna.

Hasta ahí llegó Jorge Volpi, el director general del Cervantino, cuya 44ta edición está dedicada este año a la obra y figura de Miguel de Cervantes y tiene a España como invitado de honor.

El funcionario se contagió de la alegría de decenas de jóvenes que bailaron al ritmo de las piezas barrocas que ejecutó el ensamble integrado por Olivier Briand en el violín barroco, Vincent Touzet en la flauta transversal barroca, Norma García en el clavecín y Rafael Sánchez en la viola de gamba, y no dudó en sumarse a la representación.

Con entusiasmo, Benne mostró a jóvenes, niños y adultos cómo realizar elegantes reverencias, cómo tomar de la mano a las nobles damas y la forma en la que debe caminar un caballero para mostrar toda su gallardía, así como a seguir los dibujos que se crean en el piso cuando las cuadrillas de bailarines avanzan.

La danza encabezada por la compañía Beaux-Champs, que recordó la gran pasión que monarcas como Luis XIV sentían por los ballets y las artes escénicas, también incluyó un baile en fila, una de hombres y otra de mujeres que se mezclaron para formar una sola en una gran círculo.

A través de su compañía, Bruno Benne explora una rica fuente de recursos para el trabajo de creación contemporáneo. Por medio de extractos históricos y de creaciones actuales, el joven coreógrafo muestra su método artístico original que no requiere exclusivamente de bailarines barrocos, pero sí de aquellos que tienen conocimiento de jazz, ballet y música contemporánea.

Los espectáculos y convocatorias presentados este año por el Festival Cervantino, que se realiza del 2 al 23 de octubre en la ciudad de Guanajuato, en el centro-norte de México, tienen como hilo conductor el tema “Cervantes 400. De la locura al idealismo”, y forman parte del programa “Cervantes 400”, creado por la Secretaría de Cultura para conmemorar los cuatro siglos de la muerte del autor de El Quijote.

Otro de los grandes festejados esta edición será Shakespeare, quien también cumple su 400 aniversario luctuoso.

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Natalia Cano está en Twitter como https://twitter.com/ENataliaCano

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En Internet:

http://www.festivalcervantino.gob.mx/