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CHICAGO- Ocurrente, divertida, sencilla y sin enredos. Viajera de corazón y escritora de profesión, Margo Glantz cautivó con su ingenio a los asistentes al evento “Voces sin fronteras: Encuentros con escritores mexicanos”, el pasado 25 de septiembre.

Glantz leyó un fragmento de su libro “Coronada de moscas”, un diario de sus viajes por la India, país que dijo, la cautivó por sus contrastes, crudeza y espiritualidad.

En la charla, Glantz cuya obra literaria ha sido catalogada dentro de los movimientos literarios del modernismo y del “boom” latinoamericano, compartió detalles sobre su inspiración y su método de escritura. Ante todo, cautivó con su lucidez y su apreciación a los detalles. De eso es de lo que escribe.

¿En qué se fija Glantz a la hora de escribir, qué le llama la atención?

“Lo inusual, lo raro, lo extraño, lo contrastante, lo que está fuera de la rutina… o las rutinas excesivas, que es lo trabajo mucho ahora el Twitter, esa idea de lo infraordinario”, comentó Glantz en entrevista a HOY.

Los elementos de lo cotidiano, la sencillez de las cosas elementales de la vida, se pueden apreciar en la obra de Glantz, que a sus 83 años alista su próximo libro, titulado “Me acuerdo”.

En “Coronada de moscas”, la autora rinde un tributo al escritor mexicano y Nobel de Literatura, Octavio Paz, quien antes que ella, ya había escrito sobre la India.

“Muchos me preguntan: ‘Por qué escribes de Sor Juana o de la India? si ya Paz escribió sobre eso? Ofrezco mi apreciación. Y soy menos cacique que Paz”, dice sin más.

No es que en “Coronada” Glantz haga una apología de la pobreza ni pretenda darle un toque bello a la miseria de la condición humana en ese país.

“Creo que en la India hay una cercanía con la naturaleza, con lo humano, mucho más visible que en otros países del mundo. Estuve en China el año pasado y China es un país que se volvió excesivamente adelantado, alucinante, donde todas las cosas negativas del llamado progreso están concentradas. No me atrae. Me atrae más la realidad de India, que también es un país emergente”, explicó.

En su libro, presta atención a la vida de las mujeres en la India. Las casadas, las viudas, las abandonadas.

El tema de la igualdad de género forma ahora parte de la conversación. ¿Qué tanto se ha logrado? ¿Qué buscamos?

“Siento que de alguna manera, se logró mucho de los años 70 para acá, pero al mismo tiempo estamos retrocediendo terriblemente, si vemos lo que es el mundo musulmán, por ejemplo. No sólo el mundo musulmán, el mundo de las religiones fundamentalistas que se comportan igual, todas la hebrea, la musulmana, la hindú en donde siempre la mujer, acaba teniendo la peor parte”, destaca.

Le comento que hace unos días, en un informe del Banco Mundial (BM) se reportó que al menos 15 países aún prohíben a las mujeres trabajar sin el consentimiento de sus maridos.

No le extraña y narra una vivencia personal.

“En los años 70 estuve casada con un argentino, del que luego me separé. En ese entonces teníamos un solo coche y cuando quise comprarme un coche, no podía porque necesitaba la firma de él. No podía comprarme el coche sola, y eso que ganaba igual que él”, relata.

Glantz ha sido madre, esposa y escritora. Como tantas, ha sorteado la maternidad y la profesión.

Y, hablando de la profesión: Ante el momento incómodo del oficio del escritor o periodista, ese que es encontrarse de frente a la pantalla de la computadora o de la hoja en blanco y no poder redactar las ideas, Glantz encuentra en los viajes la inspiración maravillosa. “Siempre dan algo de qué escribir. Cuando no viajo sufro para hacerlo, pero siempre hay algo de qué escribir”, comparte.