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Raspados o yukis en México, piragua en Puerto Rico, minuta en El Salvador, granizada en España o cepillado en Venezuela.

Con cualquier nombre que se le conozca, este refrigerio que consiste en hielo troceado o rallado bañado con jarabe de sabores, es una de las grandes delicias del verano.

Es común en Chicago encontrarlos en los carritos de los vendedores ambulantes. Algunos de ellos ya llevan el hielo molido, lo que facilita el proceso, pero unos cuantos llevan el bloque de hielo y lo raspan ahí mismo, lo que le da un toque más auténtico.

Sin embargo, no todos los raspados que se encuentran en Chicago son naturales porque la mayoría se elaboran con jarabes procesados.

Desde hace cinco años en el restaurante Las Cazuelas, ubicado al sur de la ciudad, sus propietarios, originarios de Guadalajara, Jalisco, agregaron a su menú los raspados de hielo, al estilo de los que se venden en el tradicional Parque Morelos de Guadalajara.

Los raspados que hasta el día de hoy se venden en dicho parque se caracterizan de los demás por sus sabores naturales. Y ese mismo proceso se emplean en los que se venden aquí en Chicago.

Ofelia González, propietaria de Las Cazuelas, comentó que para la venta ella elabora más de 27 sabores de jarabes tanto de base de agua como de leche.

Tiene a la venta raspados de de tequila, guayaba, mango, piña, fresca, coco, tamarindo, rompope, durazno, chocolate, vainilla, kiwi, nuez, elote y piña colada.

Sus raspados se diferencian del resto en su elaboración, cuya receta es de familia. Fue la cuñada de González, que vende raspados en Tonalá, Jalisco, quien le dio la idea de prepararlos.

“Todos los ingredientes son naturales y los raspados se venden mucho”. El precio de los raspados es el chico a $2.50 y el grande a $3.50.

Muy recomendable: El raspado de tequila.

Dónde encontrarlos:

-Restaurante Las Cazuelas, 4720 S. Pulaski Rd.

-En el puesto ‘callejero’ en la esquina de 60th St. y Pulaski Rd.